Foto: Leonel Escalona GUANTÁNAMO.— Dicen que con llorar nada se resuelve. Pero al menos al planeta Tierra le sientan bien las lágrimas que a diario se vierten en señal de auxilio ante las indolencias que lo laceran.
El llanto de muchos ojos atentos y preocupados por la degradación del globo terráqueo pretende sanar las heridas abiertas por el proceso de desertificación y otras calamidades que azotan a la humanidad.
Esa idea inspiró a la pionera de noveno grado Lianne Pérez Diéguez para realizar el dibujo Desierto de desertificación y medio ambiente, con el cual obtuvo el cuarto lugar mundial en la decimoquinta edición del concurso internacional Pintura Infantil sobre el Medio Ambiente, auspiciado por la UNICEF.
El pergamino con el reconocimiento le fue entregado por el viceministro del CITMA José Antonio Díaz-Duque ante sus compañeros de aula y profesores de la secundaria básica guantanamera Rafael Orejón Forment.
«A través de la combinación de colores cálidos y fríos muestro en el dibujo todo el proceso de desertificación, la tala indiscriminada de árboles, el uso inadecuado de pesticidas, además de un paisaje con los suelos áridos.
«En el fondo los rostros de las personas, de cuyos ojos brotan lágrimas, así como una mano que detiene ese proceso de degradación», describió su obra la pionera.
Desde que se inició en el mencionado centro escolar, la adolescente posee una reconocida trayectoria como asidua participante en diferentes concursos, sobre todo de artes plásticas, opinó la profesora Yaqueline Díaz Inciarte, jefa de grado del plantel docente.
A estas cualidades suma su elevado rendimiento académico, asiduidad en actividades culturales y participación, con premios, en otros concursos nacionales como Trazaguas, Contra Incendios y Tránsito, todos en 2005.
Posee además una treintena de reconocimientos en eventos provinciales y municipales. Este último lauro lo dedica a muchas personas, incluidos sus padres, amigos y profesores y, por supuesto, a alguien imprescindible: Fidel. A todos dice que seguirá defendiendo el medio ambiente y amando su mundo de colores.
La estudiante, que desde los siete años pinta y pertenece al Taller Soñar Despierto, del instructor de arte Valeriano Donatien, confesó que su inspiración para este dibujo vino con «el constante bregar por las calles de la ciudad, observando los maltratos del hombre a la naturaleza, que tanto afectan el entorno. El trabajo muestra estos problemas y la posibilidad de enmendarlos.
«Es una artista en embrión
—opinó orgulloso Valeriano—. En el dibujo utilizó la técnica del acrílico; ella investiga todo lo que pinta, y trabaja además con el barro».
No menos alegría exhibe por estos días la madre, Dalia Rosa Diéguez Jiménez: «Me enorgullece que con tan solo 15 años haya ganado esos premios, creo que será una gran pintora; esa es su meta y pienso que la alcanzará».
Actualmente el dibujo de Lianne se exhibe en una galería de arte en Japón, junto al del resto de los ganadores, cuatro de ellos también cubanos.