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Sancti Spíritus, capital de los carros eléctricos

En alianza con varias instituciones, la unidad empresarial de base Cerámica Blanca impulsa un proyecto a fin de incorporar al transporte urbano kits ecológicos

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

SANCTI SPÍRITUS.— Basta detener el paso ante la agitada cotidianidad y se les ve como hormigas cruzar de un lado a otro los extremos de la urbe del Yayabo. Sucede todos los días, en los horarios de mayor demanda. Los microbuses eléctricos diseñados y construidos en la unidad empresarial de base (UEB) Cerámica Blanca se antojan bocanadas de aire en el complejo escenario del transporte público.

«Esto llegó en el momento justo. Son cómodos, rápidos, los choferes agradables, no vas apretada, coges aire y, por solo diez pesos, atraviesas la ciudad», califica este servicio Estela López, asidua pasajera.

El primero rodó en abril de 2023. Se robó la atención, entonces, de titulares mediáticos y de los corrillos de opinión que se generan en las esquinas más populares de la villa de 510 años. Hoy suman cinco los que forman parte del día a día de residentes y visitantes en la cabecera provincial.

«Lo primero que hicimos, como una tarea ministerial, fue reparar los carros de circulación interna de los hoteles, fundamentalmente de la cayería norte de Villa Clara», rememora el joven ingeniero Frank Plasencia Martínez, director técnico productivo de la UEB, perteneciente a la Empresa Militar Industrial (EMI) Francisco Aguiar Rodríguez.

Añade que «ya con esa experiencia nos dimos a la tarea de fabricar un prototipo cubano de transportación de clientes. Está a prueba en la instalación Playa Cayo Santa María, con muy buena aceptación. Fue entonces que surgió la idea del microbús para la explotación en el transporte público».

Un resumen que en una rápida lectura disipa los meses y meses de estudio y trabajo sostenidos en el ingenio creador de quienes impulsan un proyecto exclusivo de la industria espirituana, que responde al programa de electrificación del transporte que emprende el país.

«Sabemos que en otras provincias hay entidades que han incursionado en la explotación de los vehículos eléctricos. ¿En qué nos distinguimos? Que el nuestro es totalmente de fabricación nacional. Importamos solo algunos componentes que no existen aquí. Por tanto, con uno o dos contenedores hacemos muchos vehículos. No ocurre igual si nos dedicáramos a ensamblar, como sucede en los otros lugares», explica quien espera con ansias la aprobación tras inscribir la marca VES, o vehículo eléctrico espirituano.

Sueños a rodar

Con resultados concretos que confirman la factibilidad de esa alternativa económica y útil en función de la transportación pública y las buenas opiniones de los pasajeros, registrados por la mipyme estatal Ecomóvil Sancti Spíritus, el colectivo —en su mayoría joven— de la UEB Cerámica Blanca ya habla de hacer rodar otras muchas ideas.

«Estamos trabajando para entregar 50 microbuses al Ministerio del Transporte y el año próximo 200», dice Gerardo Yero Morejón, jefe de grupo de investigación y desarrollo de la UEB. Añade que cuentan con el proyecto Transición energética del transporte urbano, el cual incluye el diseño, fabricación e implementación de un kit conformado por vehículos eléctricos (VE), estaciones de cargas solares (solineras), totalmente independientes del sistema electroenergético nacional, y un parque fotovoltaico para la línea de fabricación y ensamblaje de un producto totalmente ecológico.

Para ello han tocado las puertas de otras entidades como la Delegación territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente (Citma), la dirección nacional de este organismo y la Dirección de Transporte en la Administración Provincial del Poder Popular, así como la Universidad de Sancti Spíritus José Martí (Uniss), en busca de guías y apoyos económicos que permitan materializar el ahorro a partir de sustituir vehículos de combustión interna por los VE y, con ello, reducir el consumo de hidrocarburos y de emisiones de CO2 al medioambiente al aplicar y usar las energías renovables.

«Este proyecto es el primero en el país. Empezaríamos por Sancti Spíritus, luego región central, más tarde occidental y, por último, el oriente. Hablamos de 561 kits para el transporte urbano y, si hiciera falta más, nos ampliamos», asegura.

A fin de demostrar efectividad, estos muchachos insisten hoy en la necesidad de comprar mediante una mipyme de Villa Clara como mínimo las dos primeras solineras, porque la inestabilidad del servicio incide en los tiempos de carga de los vehículos y, por tanto, que no puedan ofrecer sus servicios con la frecuencia con que se concibieron.

Llave para la ciencia

Otra vez la Facultad de Ciencias Técnicas y Económicas de la Uniss demostró que los saberes y experticias de su claustro y alumnado precisan salir fuera de sus muros. Bastó un llamado de José Lorenzo, director de Transporte en la Administración Provincial del Poder Popular, para que la casa de altos estudios incluyera entre sus prioridades el proyecto que busca reducir emisiones de CO2, ahorrar energía eléctrica generada para la carga de los VE, optimizar la línea de fabricación y ensamble de estos e incorporar al transporte urbano de kits ecológicos.

Pertenece al proyecto un equipo de profesores y estudiantes del curso diurno de Ingenería Industrial, acota Carlos Lázaro Jiménez Puerto, vicedecano de Investigación y posgrado de dicha Facultad. «Hemos logrado ya unos resultados de ciencia a corto plazo. Por ejemplo, la Fundación IRIS Unidos por el Clima, una organización dinamizadora para el área ambiental en Cuba, Latinoamérica y el Caribe, dio el visto bueno al proyecto por su impacto medioambiental y social al ser generador de oportunidades de empleo.

Los microbuses espirituanos alivian la tensa situación del transporte público. Foto: Tomada de Escambray

«Igualmente, el Citma nos financió un proyecto que busca la formación de capacidades y la divulgación de lo que se hace desde aquí. También se nos aprobó una cifra significativa, tras optar por el financiamiento nacional de Ciencia e innovación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente.

«Cuando ya tengamos los primeros kits ecológicos en funcionamiento, nos permitirá tener resultados concretos y así presentarnos a convocatorias internacionales para obtener un financiamiento para adquirir solineras de forma directa fuera del país y el parque fotovoltaico, que se ubicaría en la UEB Cerámica Blanca y que incidiría directamente en el proceso productivo».

Junto con esos pasos y la entrega de un reconocimiento en Cubaindustria 2024, la Uniss como actor dinamizador de la ciencia que se genere en su radio de acción también saborea la posibilidad de crear una unidad docente en la UEB.

«Nuestro impacto es la transformación de la empresa a lo interno a partir de la incorporación de profesionales que optimizan los procesos de producción», reconoce Dariel Rivadeneira Casanueva, jefe del Departamento de Ingenería Industrial. «Nuestros alumnos se incorporarán directamente al ciclo de producción de los vehículos, que es prácticamente algo exclusivo en Cuba. Por tanto, estarán acompañados por quienes protagonizan todo el proceso. Para nosotros, este proyecto tiene un gran impacto social, económico y mediomabiental».

Sin dudas, el quehacer de estos jóvenes hace rodar más que vehículos sin combustible por la ciudad del Yayabo y, en futuro, por el país. Mueve el pensamiento, ingenio y creatividad de quienes con sus aportes hacen crecer a lo que es ya con toda justicia la capital de los carros eléctricos.

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