Esta caravana es un puente de amor y amistad. Autor: @ACN_Cuba Publicado: 16/11/2021 | 12:04 am
No más bajarse del avión junto a sus compañeros, Gail Walker explicó a la prensa por qué los 75 integrantes de la Caravana de Amistad Estados Unidos-Cuba arribaron anoche al aeropuerto internacional José Martí con hermosos farolitos encendidos en las manos: «Esta luz es lo que Cuba representa para nosotros. La luz de Cuba es el camino. Cuba es un ejemplo luminoso; no importa si hablamos de la salud, de la educación; en todos estos campos es la luz que nos ilumina».
El amor puede ser genético. Desde hace años, Gail es la directora ejecutiva de la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria (IFCO)-Pastores por la Paz, amorosa amalgama de afectos que antes fuera conducido por su padre, Lucius Walker, el entrañable amigo de los cubanos. Por ello, cuando comentó que los caravanistas luchan contra «este arcaico bloqueo», agrandaba también el legado familiar.
Antes de la bienvenida oficial en el Centro Memorial Martin Luther King Jr. (CMMLK), los pastores fueron recibidos, al pie de la nave aérea, por Fernando González Llort, presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos; Caridad Diego Bello, jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido; y la reverenda Izeet Samá Hernández, del CMMLK.
A contracorriente del cerco impuesto por su Gobierno, los amigos solidarios, que estarán en Cuba hasta el 26 de este mes de noviembre, trajeron medicamentos, dispositivos médicos y alimentos para nuestro pueblo.
Este martes iniciarán un rico programa de visitas que incluye en su ruta el Memorial de la Denuncia, centros sanitarios, científicos, educativos, culturales y económicos; así como el intercambio con diversos sectores de la sociedad cubana, tanto en La Habana como en Matanzas.
Gail Walker no oculta su satisfacción por el nuevo abrazo: «Estamos felices. Es un placer para nosotros estar de regreso en Cuba. Traemos caravanistas de 20 estados diferentes y este es un trabajo que ha estado en proceso por muchos meses. Estamos aquí representando a la mayoría de las personas de buena voluntad de Estados Unidos».
Este, el trigésimo primer abrazo, no ha hecho más que comenzar. A fin de cuentas, Gail, los caravanistas y los cubanos luchamos juntos contra las sombras: «No importa —afirmó— lo que digan quienes nos odian, lo que digan los que odian a Cuba y no la quieren; estamos aquí para seguir esa luz y para ayudar».