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La luz de Santa Clara (+ Fotos y Video)

Asiste Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros a celebración del aniversario 330 de la villa de Santa Clara. Sesión solemne de la Asamblea Municipal del Poder Popular reconoce a mujeres y hombres cuyos aportes han engrandecido la ciudad en las últimas décadas

Autores:

Nelson García Santos
René Tamayo León

SANTA CLARA.— Los vecinos de esta villa recibieron al Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez como lo que es, uno de los suyos, durante las celebraciones por el aniversario 330 de la ciudad. Y lo quieren, unos de forma desbordada, otros de manera más íntima.

Díaz-Canel les correspondió. Su rostro, alegre como niño en cumpleaños, delataba lo que ya se sabe: que ama a esta ciudad y a su gente, a las que considera su casa, su familia, sus vecinos. Su ciudad, esa que —según dice— cada día «es más santa y más clara». Los de aquí lo vieron nacer, crecer, estudiar, enamorarse, fiestear, trabajar, entregarse a ellos. Si no se quiere el barrio y la patria chica, no se puede amar un país. Y él está dando muestras más que sobradas de ambas pasiones.

Santa Clara fue fundada el 15 de julio de 1689 por 18 familias de la vecina San Juan de los Remedios que llegaron a estos lares tierra adentro buscando resguardo y nuevo camino. Precisamente por el lugar que —cuenta la historia— se ofició la misa fundacional, la colinilla de El Carmen, comenzaron los festejos del pueblo santaclareño junto al mandatario cubano.

Durante su recorrido Díaz-Canel compartió con el pueblo santaclareño. Foto: Estudios Revolución

Despuntaba la mañana, cuando el mandatario llegó a la explanada de la iglesia de El Carmen, donde monseñor Arturo González Amador, obispo de la diócesis de Santa Clara, bendijo la villa.

El representante eclesiástico dio antes la bienvenida a Díaz-Canel y a su esposa, que lo acompañó en la visita, y a las autoridades locales, encabezadas por los primeros secretarios del Partido en la provincia y el municipio, y los presidentes de las asambleas provincial y municipal del Poder Popular. También participaron Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura, y Luis Morlote Rivas, presidente de la Uneac.

En el parque El Carmen también está ubicado el memorial dedicado al secular acto iniciático de la villa, con sus columnas de mármol en las que están grabados los nombres de las familias fundadoras, que ahora son representadas por los presidentes de los consejos populares de la ciudad.

Como es tradición, los líderes barriales dieron las vueltas rituales correspondientes al joven árbol de tamarindo que recuerda al otro, al añoso de 1689 que dio sombra y brisa a quienes celebraron la misa precursora.

Aquellos —los pioneros— estaban llenos de sueños y esperanzas, muchos de los cuales se han hecho realidad en los últimos 60 años, y a los que contribuyeron hombres y mujeres grandes, síntesis de la virtud de este pueblo, entre cuyos pináculos están la patriota Marta Abreu, en el siglo XIX, y el guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara.

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De El Carmen al parque Leoncio Vidal por la calle Máximo Gómez hay unos 500 metros. Fue este el rumbo del Presidente Díaz-Canel para llegar al centro de la ciudad a pie, seguido por el pueblo santaclareño, que de un punto a otro fue sumándose.

Se organizó un gran performance por las instituciones culturales de la villa para mostrar a vecinos y visitantes las múltiples manifestaciones artísticas —de la alta academia y la cultura popular—, que en Santa Clara tienen, por su originalidad y calidad, un alcance de nivel nacional e internacional.

La caminata fue guiada, a paso de retreta, por la Banda Provincial de Conciertos, cuyos jóvenes, de forma virtuosa pero simpática, dictaban la marcha y las paradas del Presidente y el pueblo. Fue un arrollar, orgullo ya de la ciudad y del que seguro se hablará durante años.

De un punto a otro, artistas profesionales y aficionados vocalizaron pregones, cantaron tonadas guajiras y declamaron décimas e interpretaron música popular y afrocubana; hicieron bailes emblemáticos de la nacionalidad criolla y la idiosincrasia santaclareña…

Fue un caleidoscopio de arte enriquecido a lo largo del camino y en las galerías por obras de artistas de la plástica emblemáticos o poco conocidos, pero igual de virtuosos.

La última actividad del Presidente Díaz-Canel en la ciudad, ya sobre el mediodía, fue la siembra, en las laderas de la Loma del Capiro, del tamarindo 330 en el bosque que guarda ahora igual número de esos árboles como homenaje a la villa, la que, reiteró él, debe seguir siendo cada día «más santa y más clara».

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Tras el desbordamiento popular que bañó a esta ciudad en genuino y raigal sentimiento patriótico de reverencia hacia la historia, la sencillez caracterizó la sesión solemne de la Asamblea Municipal del Poder Popular que honró el pretérito y el presente transcurrido desde que la villa comenzó a andar indetenible.

Presentación del ron Cuba extraañejo 330, de la Ronera Central y diseñado por el maestro ronero César Martí. Foto: Estudios Revolución

Ciertamente fueron momentos de reconocimiento a los fundadores, a los que les siguieron, a esos que desde su entrega más modesta la sostienen, la desarrollan y a quienes se han tejido con su impronta una huella sobresaliente en diferentes ámbitos.

El homenaje, que en definitiva fue a los que están y a los ya han partido durante más de tres siglos, tuvo en el emblemático teatro La Caridad su imagen más telúrica y emocionante, en ese abrazo del Presidente cubano y la historiadora Marta Anido Gómez-Lubián.

Se trata de esa venerable y sabia mujer que constituye un baluarte de la historia, que desanda cotidianamente esta ciudad a la que defiende, para que arraigue lo mejor del ser humano, a capa y espada y que la vio también en sus calles vestida del glorioso verdeolivo junto a las tropas del Che en diciembre de 1958 para ayudar a echar a los tiranos.

Se entiende, entonces, ese soberbio aplauso cuando Díaz- Canel le entregó a la insigne villaclareña la Medalla Alejo Carpentier, conferida por el Consejo de Estado, y el sencillo instante revivió aquella frase, contundente y justísima, de nuestro José Martí de que honrar honra.

Marta no pudo contener la emoción, que contagió al auditorio, mientras el Presidente la felicitaba, también visiblemente emocionado, porque bien sabe él de la estirpe y entrega de esta villaclareña a la virtud.

Un grupo de destacadas personalidades, de diversos ámbitos y un aval meritorio, resultaron homenajeadas con la distinción por la Cultura Cubana, y los reconocimientos de Huésped Distinguido, Hijo Ilustre de la ciudad, por la Colaboración cultural y la Distinción 330.

La sesión inaugural de la Asamblea la comenzó su presidenta, Yaritza Moya Caballero, quien destacó el orgullo y amor a una ciudad que crece con su historia, comprometida con el presente y proyectada hacia el futuro.

Con posterioridad Moya Caballero hizo un breve recuento de la historia de Santa Clara, y subrayó en especial la impronta que dejaron, en diferentes épocas, los patriotas Marta Abreu y Ernesto Che Guevara.

Historias y personajes

El Jefe de Estado asistió a la sesión solemne de la Asamblea Municipal del Poder Popular que honró el pretérito y el presente de la ciudad. Foto: Estudios Revolución

Acontecimientos trascendentes, únicos, curiosidades y singularidades hilvanan la historia de esta ciudad, que este 15 de julio celebró su aniversario 330, más arraigada en el corazón de su gente.

Qué decir en la memorable ocasión, más allá de lo imprescindible de que aquí vinieron a asentarse, el 15 de julio de 1689, un grupo de 18 familias de la cercana villa de Remedios. Escogieron un bello sitio alrededor de un frondoso tamarindo entre los ríos Sabana y Monte, rebautizados después como Cubanicay y Bélico.

Cerca de este último, en el hoy Parque de El Carmen, lugar fundacional de la gloriosa Santa Clara, el sacerdote Fray Salvador Guillén ofreció la primera misa. A partir de ese instante comenzó a tejerse la espléndida vida de la ciudad y su gente.

Personajes, peculiaridades...

El Presidente cubano concluyó su recorrido con la siembra del tamarindo 330 en la ladera de la Loma del Capiro, en el bosque que guarda ahora igual número de esos árboles como homenaje a la vida. Foto: Estudios Revolución

Hecha la brevísima descripción de cómo empezó todo, retomo el tema, sobre el cual escribí hace muchos años, concerniente a hechos cobijados en los mismísimos días fundacionales y otros del devenir imperecedero de una ciudad con alma.

La urbe, con una faz ecléctica, de calles estrechas y adoquinadas, atesora inmuebles con un alto valor arquitectónico y urbanístico. Además, posee infinidad de puentes grandes, medianos y pequeños, algunos con sus leyendas, que permiten un tránsito más rápido.

Hay personajes y sitios emblemáticos que se mantienen más arraigados y lozanos, a pesar del tiempo transcurrido en la memoria de los santaclareños.

De la estela de patriotas que aportó esta tierra, del siglo XIX la más vigente es Marta Abreu, la benefactora por excelencia de la ciudad, que puso corazón y fortuna a disposición de los pobres y de la lucha por la independencia.

En el siglo XX, indiscutiblemente, el Comandante Ernesto Che Guevara, fue quien engrandeció esta localidad con su liberación y después como impulsor de su desarrollo industrial.

Para connotar el arraigo popular de ambos patriotas basta decir que acá decidieron unir sus nombres para rebautizar a Santa Clara como La ciudad de Marta y el Che.

Si se trata de los monumentos, el más perenne en los labios de sus habitantes resulta el Complejo Escultórico dedicado al Guerrillero Heroico; de los lugares geográficos, la Loma del Capiro, desde donde corre la brisa que refresca la ciudad, y de las instituciones culturales, el honor lo comparten el teatro La Caridad y la Biblioteca Provincial Martí.

Vale destacar también que los santaclareños se sienten orgullosos de contar, en los pasillos del seminternado Vietnam Heroico, antigua Escuela Normal de Maestros, con una galería de murales realizados por Amelia Peláez, René Portocarrero, Jorge Arche, Eduardo Abela y Ernesto González Puig, por citar solo a los principales.

Obviamente, entre los parques, el Vidal, en el corazón de la urbe, es el más conocido y concurrido, pues deviene tránsito obligatorio hacia disímiles zonas, mientras que el hotel Santa Clara Libre continúa siendo el más emblemático.

De los dos ríos que atraviesan zonas cercanas hasta el mismísimo corazón de la urbe, el Bélico tuvo el privilegio de que le diera ese nombre Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido) en el poema El Eco, que formó parte de su cuaderno poético de 1841 dedicado a amigos villaclareños.

Ninguna ciudad de Cuba exhibe la peculiaridad de haber sido tomada en tres ocasiones por las fuerzas revolucionarias: en la contienda de los Diez Años por las tropas del general Manuel de Jesús Calvar; en la iniciada en 1895 por las huestes mambisas bajo las órdenes del coronel Leoncio Vidal; y en diciembre de 1958 por las tropas del Comandante Ernesto Guevara.

El bardo relegado

Una muestra de la cultura villaclareña fue apreciada por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y las personalidades que lo acompañaban.Foto: Estudios Revolución

Para cerrar dejé una pincelada sobre José Surí y Águila, un hijo ilustre de Santa Clara, nacido en este territorio el 26 de octubre 1696.

El gran escritor José Lezama Lima, en su Antología de la poesía cubana, lo sitúa como el primer poeta cubano, y el ensayista e investigador literario Enrique Saínz, en su libro La Literatura cubana en el siglo XVIII, también le confiere igual mérito. Y como el bardo más antiguo nacido en la Isla lo calificó Manuel García Garófalo, historiador y periodista villaclareño.

En cuanto a su literatura quedan pocas muestras, pero vale destacar la armonía, la belleza, la imaginación creadora y el pensamiento ingenioso. Esto, en una época en que apenas se cultivaba el género lírico, adquiere mayor relevancia tratándose de un muchacho autodidacta.

Cuenta la historiadora Marta Anido Gómez-Lubián que Surí gozaba también de sobradas dotes para la improvisación y poseía excelente memoria, de modo que no fueron pocas las festividades religiosas a las que asistió para entonar sus cánticos frente a las imágenes adoradas.

Por esas ironías de la vida este hijo prestigioso de Santa Clara está sumido en un enigmático olvido. ¡Qué bueno sería desempolvarlo!

Felicidades #SantaClara, entrañable ciudad donde nací. Hacia ti voy para juntos celebrar 330 años de fundación y vida #SomosCuba #SomosContinuidad pic.twitter.com/ROMBJOJUTn

— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) 15 de julio de 2019

El mandatario cubano participó en las celebraciones de este lunes y recorrió las calles de la ciudad. A su paso se disfrutaron momentos culturales con diversas manifestaciones artísticas. «El pueblo en auténtica fiesta de cubanía».

 

Por la calle Máximo Gómez hacia la Galería ARCHE, se realizó el recorrido, junto al pueblo que lo vió forjar su identidad.

De igual forma en el Parque el Carmen frente a la iglesia del mismo nombre se produjo la bendición a la ciudad, por el Monseñor Arturo González Amador.

El mandatario saludó a monseñor Arturo González Amador, obispo de la diócesis de Santa Clara.

 

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