Abel Prieto, director de la Oficina del Programa Martiano, presentó la compilación Fidel y la AHS. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 16/10/2018 | 10:53 pm
La lluvia repentina de este martes creyó que echaría por tierra la presentación del libro Fidel y la AHS prevista para el patio central del Pabellón Cuba, después que quedara inaugurada la exposición colectiva Tierra dada (como sucedió), como parte del 3er. Congreso de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).
Ese fenómeno meteorológico no conoce el ímpetu de los cubanos, muy especialmente de los 300 delegados e invitados que se han propuesto hacer de este otro congreso histórico. Por eso, tras encuentro con la Maestra de Juventudes Graziella Pogolotti, el intercambio con Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura, y el trabajo en comisiones —momentos especiales que iniciaron las sesiones de trabajo—, y de apreciar las extraordinarias 73 piezas que componen Tierra dada, se volvieron a montar en sus guaguas para regresar al Centro de Convenciones de Cojímar, la villa preparada para cualquier contingencia.
Compilación llevada a cabo por Elier Ramírez Cañedo, Fidel y la AHS tiene prólogo de Abel Prieto, director de la Oficina del Programa Martiano, quien se encargó, además, de la presentación de este texto.
Acompañado, entre otros, por Víctor Gaute López, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido; Susely Morfa González, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC; Alpidio Alonso Grau; Luis Morlote Rivas, vicepresidente primero de la Uneac, y Rubiel García González, presidente de la AHS, Abel contó que fue el líder de la Revolución quien autorizó la publicación de las transcripciones que recoge el esperado libro.
Lo explica también en lo que escribió para esta edición que vio la luz gracias a la Casa Editora Abril. La nota «está fechada el 7 de noviembre de 2016, es decir, apenas 18 días antes de aquel doloroso, amarguísimo, 25 de noviembre.
«Pensé que Fidel nos invitaba de nuevo a seguir debatiendo con él, con sus ideas, con sus propuestas, sobre cómo defender el espacio central de la cultura en la Revolución. Para curar las zonas dañadas del tejido espiritual de nuestra sociedad, para resistir los embates colonizadores, para llegar a ser definitivamente más cultos y más libres», señaló.
Exposición colectiva Tierra dada. Foto: Abel Rojas Barallobre.