El principal fin turístico del Valle de los Ingenios es el extrahotelero, pues se apuesta por un mayor desarrollo del turismo rural, arqueológico, espeleológico y de recorrido. Autor: Tomada del periódico Escambray Publicado: 21/09/2017 | 06:36 pm
TRINIDAD, Sancti Spíritus.— La devolución de gran parte de los encantos del Valle de los Ingenios, en las afueras de la tercera villa de Cuba, favorece tanto al patrimonio regional como a la industria turística, la cual ha recibido en lo que va de año una cifra superior de visitantes si se compara con etapas precedentes.
De acuerdo con Reiner Rendón, delegado del Ministerio del Turismo (Mintur) en Sancti Spíritus, desde 2009, cuando el ramo asumió la rectoría del programa de recuperación del icónico lugar, se ha trabajado para lograr allí un modelo de gestión, con el propósito de explotarlo y hacerlo sostenible desde el punto de vista ambiental, patrimonial y económico.
Para ello, varios organismos del territorio han concentrado esfuerzos para cambiar el paisajismo del lugar, por lo que hoy sus áreas están libres de marabú, se han recuperado zonas cañeras y se han fomentado las producciones agrícolas y ganaderas, acotó.
Reconoció que se han reparado los viales de acceso a los diferentes sitios del enclave con destacados encantos naturales, así como la línea ferroviaria que atraviesa gran parte del valle.
El principal fin turístico del Valle de los Ingenios es el extrahotelero, pues se apuesta por un mayor desarrollo del turismo rural, arqueológico, espeleológico y de recorrido por los 250 kilómetros cuadrados del lugar, declarado por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Con el fin de aumentar las capacidades de alojamiento, se labora en la restauración de casas-hacienda. De los siete inmuebles de este tipo con que se cuenta, las más adelantadas y que reciben visitas diariamente son las de San Isidro de los Destiladeros y Guáimaro.
En la primera, tras años de rehabilitación, en 2015 se concluyeron las obras en la torre, el conjunto hidráulico y la parte estructural de la vivienda, y actualmente se intensifican otras acciones relacionadas con los pisos y la electricidad. Por su parte, la casona del ingenio Guáimaro, uno de los mayores productores de azúcar del mundo hacia 1827, exhibe siete salas, ambientadas al estilo de la época, y se trabaja para asumir en un futuro cercano el montaje de un museo interactivo.
Según el delegado del Mintur en la provincia yayabera, el resto de las casas-hacienda, Buena vista, Manaca Iznaga, Guachinango, Aldaba y Las Bocas, reciben acciones a un menor ritmo, sobre todo porque las dos últimas están habitadas, por lo que se construyen viviendas para sus actuales moradores.