La creación de variedades de menor porte puede ayudar a reducir los impactos negativos de los eventos meteorológicos en sembrados y cosechas. Autor: Arelys Echeverría/AIN Publicado: 21/09/2017 | 05:53 pm
SANTO DOMINGO, Villa Clara.— Quizá muchísimas personas queden sorprendidas al conocer que también es posible realizar un pronóstico sobre cómo está la agricultura para enfrentar la actual temporada ciclónica.
El Instituto de Investigaciones en Viandas Tropicales (Inivit), de aquí, diseñó una estrategia a fin de reducir la vulnerabilidad de los sembrados y las cosechas ante las intensas lluvias y los fuertes vientos.
De hecho, ya transcurrieron junio y más de la mitad de julio que, junto con agosto, resulta la época en que un fenómeno atmosférico puede ocasionar un daño superior a la agricultura en comparación a si ocurriera en septiembre, octubre o noviembre.
Sergio Rodríguez Morales, director del Inivit, revela que por lo general en esos meses de verano se pueden aprovechar menos las cosechas afectadas.
Hay mucho plátano tierno, y la yuca, en su mayoría, está en desarrollo, mientras que el azote de los vientos y las lluvias acaba con los frutales, entre estos los apetitosos aguacates y mangos.
Desde hace años el Inivit trabaja para llegar a la temporada ciclónica con un adecuado ordenamiento de las siembras, a fin de que haya posibilidades de cosechar viandas en todos los meses del año.
«Además, se orientó ampliar la plantación en canteros y en suelos de mejor drenaje, lo que garantiza mayor rendimiento y evita la pudrición originada por inundaciones de los sembrados».
A todo ello hay que sumar uno de los empeños más audaces y promotores del Instituto, la creación de variedades de bajo porte y mayor anclaje en el terreno, lo que les permite ser más resistentes ante los vientos.
En el país hay sembradas alrededor de 200 000 hectáreas de viandas, cifra superior a igual fecha del 2013, las cuales están en diferentes etapas de desarrollo, incluida la recolección. Esa cifra indica que habrá una mayor producción este año.
Destacan los sembradíos de boniato, malanga, ñame y calabaza, que son más resistentes a los vientos. También los de yuca, entre estas un buen porcentaje de la variedad 93-4, que posee un porte inferior en 40 centímetros en comparación con otras, y además de tener menor altura, logra un anclaje simétrico en la tierra, lo cual posibilita que ofrezca mayor resistencia a las fuertes corrientes de aire.
En lo que corresponde al plátano, el más vulnerable a los vientos, se ha trabajado para evitar, en lo posible, las grandes concentraciones de ese cultivo, para lo cual aplicaron su dispersión.
Sin duda, la siembra en canteros, en suelos de buen drenaje, y la creación de variedades de ciclo corto y con mayor anclaje en la tierra, confirman la validez del empeño de aminorar lo más posible el daño de los ciclones en la agricultura.