Danay Morales Echeverría, la delegada directa, arriba, al centro de la foto, con blusa blanca y señalada por sus compañeros. Autor: Luis Raúl Vázquez Muñoz Publicado: 21/09/2017 | 05:32 pm
CIEGO DE ÁVILA.— «Vamos a elegir al delegado directo de la Universidad al Congreso de la FEU». Los muchachos se interrogaron con la mirada. Una encogió los hombros, otro arqueó los ojos y la de la esquina abrió aún más los suyos. La muchachita de la fila de enfrente, vestida con pulóver negro y con el pelo recogido en un moño, miró a los lados.
«Pero aquí no hace falta elegir a nadie más; la delegada es ella», dijo, y señaló —como lo hicieron otros— a la figurita delgada, de pelo castaño y con unos mechones que caen sobre los ojos. «Óiganme, es que hace falta una elección —aclaró Yarisbel García Baró, dirigente de la FEU de la Universidad—; es necesario elegir a más de un candidato».
Se hicieron las propuestas y las votaciones, y el cómputo de manos alzadas validó el deseo. Porque Danay Morales Echeverría, estudiante de tercer año de Lengua Inglesa, es la delegada directa al Congreso de la FEU por la Universidad de Ciego de Ávila Mayor General Máximo Gómez Báez.
«Soy del municipio de Venezuela —cuenta— y desde la secundaria tengo el gusto por el inglés. Se lo debo al profesor Frank. No recuerdo su apellido, lo que sí tengo muy presente es la manera en que me enseñó. Después en el IPVCE el profesor Wilfredo Campbell fue muy exigente. Creo que por ellos dos estoy en la Universidad estudiando lengua inglesa».
Señala que le gusta la docencia y el agrado apareció por las clases que imparte. Tal vez en esa dirección encauce su vida profesional; aunque reconoce que le atrae la traducción, dice que por lo complicada que es, por lo mucho que obliga a estudiar y por lo que enseña. También la causa por esa preferencia está en otra docente. Su profesora Giselle Gómez Domínguez.
«Este Congreso de la FEU se hace en un momento muy especial —comenta—. Ocurre cuando el país está aplicando toda una serie de cambios, que generan mucha polémica en los jóvenes y donde se necesita que los universitarios tengan un dinamismo en estos. Por eso es importante plantear las dificultades que impiden que la FEU tenga un papel más protagónico y denunciar las burocracias que impiden que las brigadas también lo tengan».
«Hay que decir las cosas con transparencia, valentía y responsabilidad —asegura—. Porque lo que sí ayuda a perpetuar los problemas es el silencio».
Amante de las canciones de Pablo Milanés y de la cantante británica Adele —con la cual comparte casi la misma edad: 23 años—, a Danay se le nota el desenvolvimiento entre sus compañeros, junto con la persistencia para lograr las cosas.
El magisterio del amor
PINAR DEL RÍO.— Nunca dudó de su interés por ser maestra: «Siempre quise pararme frente a un aula y enseñar», confiesa sin titubeos Meiyelis Cabrera Columbié, estudiante de segundo año de Matemática-Física en la Universidad de Ciencias Pedagógicas Rafael María de Mendive, de esta localidad.
Integrante, desde el primer año, del secretariado a nivel de la Facultad de Ciencias, Cabrera Columbié confía siempre en el poder de convocatoria del conglomerado universitario.
«La FEU está integrada por jóvenes entusiastas, caracterizados por diferentes formas de pensar y matices. Eso nos hace fuertes», enfatiza la ahora organizadora a nivel central de la casa de altos estudios.
Los resultados en su labor aglutinadora dentro de la organización no hicieron entonces dudar del resultado: su elección como delegada directa al VIII Congreso de la FEU.
«Es un honor que me seleccionen. Significa mucho poder ser la voz de mi brigada, de mi Universidad, en el encuentro de los universitarios cubanos», afirmó.
En el cónclave transmitirá algunos de los planteamientos surgidos a nivel de base, como la necesidad de perfeccionar la divulgación de las actividades, el incentivo de una mayor identificación de los miembros con sus líderes de la FEU, así como el lugar que corresponde a la juventud universitaria en el presente y futuro del país.
Especial interés despierta en ella el rol de los estudiantes de magisterio para seguir revitalizando el papel del docente en la Cuba contemporánea.
«La FEU debe ampliar su actividad extensionista en este sentido. En nuestras manos está también la posibilidad de dignificar la labor del docente y conversar con padres, niños y jóvenes sobre la importancia del maestro para las actuales y futuras generaciones», puntualizó.
«Debemos incluso ser capaces de enamorar a otros en nuestra profesión para aumentar las filas en las aulas. Esa debe ser considerada, igualmente, una función de la FEU», arguyó.