CAMAGÜEY.— Para los cubanos, decir caguairán es decir Fidel, resistencia, lealtad. Sembrarlo es expresión de confianza en nuestra tierra y en los sueños que hemos defendido. Es la decisión de ser consecuentes con Cuba.
Así lo evidenciaron los niños y profesores de la primaria Jesús Suárez Gayol de esta localidad municipal, al dejar plantada una postura del cesalpináceo endémico en el patio de su escuela este cuatro de abril, justo en el medio siglo de la Organización de Pioneros José Martí, que acaba de celebrar su V Congreso.
A las puertas del VI de nuestro Partido Comunista, es mucho más que una siembra fecunda. Es símbolo de la continuidad histórica de la Revolución, tema esencial que ocupó los debates del cónclave infantil.
«Es un orgullo para nosotros —manifestó Ramoncito, el jefe del colectivo—, porque estamos sembrando los ideales, la fortaleza, la firmeza de nuestro Comandante en Jefe Fidel, que es nuestro mayor pionero».
Se eligió la escuela que eterniza la memoria de El Rubio de la guerrilla del Che en Bolivia, el primero de esa fuerza en abonar con su sangre generosa el ideal de la unidad Latinoamericana, materializada en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
Con sus manitas de hombres fuertes, los niños regaron el árbol, seguidos de padres y maestros que asistieron a la ceremonia.
En próximos días se espera develar una tarja alegórica en el mismo sitio, con la presencia del hijo de Suárez Gayol. El Caguairán, conocido además como Quiebra Hacha, es de color rojo púrpura, alcanza 50 pies de altura y su madera es resistente y durable en el tiempo.