Es vital ser eficiente como profesional, pero a la par resulta trascendente ser consecuente con una militancia política allí donde se estudie o trabaje. Con ese espíritu compartió sus impresiones durante la sesión plenaria del IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), la delegada Daylín Cobas Valdés, perteneciente al Centro de Inmunología y Biopreparados de Holguín.
Para ella, a partir de su experiencia como militante y trabajadora, los jóvenes científicos no solo están haciendo ciencia sino también trabajo desde esa dimensión privilegiada que es la de ser joven.
Procedente de Villa Clara, Imarais Valdivia Hernández hizo uso de la palabra para, a partir de sus vivencias en la Empresa de Soldar Carriles, única de su tipo en el país y en proceso de perfeccionamiento, comentar que los comités de base se enfrentan en algunos lugares, como el suyo, a retos como el envejecimiento poblacional, ante los cuales, dijo, se hace imprescindible redoblar esfuerzos y mantener una labor sostenida con las nuevas generaciones. «Cuando de jóvenes se trata —expresó— vale todo».
A propósito de ambos planteamientos, Liudmila Álamo Dueñas, primera secretaria de la UJC, recordó que la organización política de vanguardia de la juventud cubana representa no solo a la militancia de centros educacionales y laborales, sino también a todos los jóvenes, con especial acompañamiento a quienes se desempeñan hoy en escenarios claves para la economía del país.
Fortalecer el funcionamiento de la Juventud en esos lugares constituye una prioridad para la organización, resaltó Liudmila Álamo, quien no pasó por alto que «para poder ser consecuentes con la misión de fortalecer el trabajo en la economía, necesitamos consolidar la estructura de la Juventud Comunista y garantizar que la militancia pueda influir en el resto del universo juvenil».
Amamos la libertad
A aquellos que insisten en comparar la generación histórica de la Revolución Cubana con la actual, el camagüeyano Roberto Conde, delegado del IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), les esclareció que los jóvenes mantienen, hoy más que nunca, su apego a los principios y a la ética que caracterizan la obra de la Revolución; a las ideas enarboladas por Fidel y Raúl.
Y por si le quedaban dudas a los incrédulos, Conde les recordaba que son justamente los jóvenes quienes están en las aulas educando a los niños y adolescentes cubanos; que son en su mayoría jóvenes los que prestan servicios de salud no solo en Cuba sino en diferentes parte del mundo como expresión de la solidaridad que siempre ha distinguido al pueblo cubano; que son jóvenes los que permanecen en la primera trinchera antiimperialista en Guantánamo y se preparan para defender sin pestañar la Revolución; los que hacen crecer la ciencia, la cultura, el deporte cubanos.
Durante la sesión plenaria que se desarrolla en la mañana de este domingo, presidida por el General de Ejército Raúl Castro, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Roberto Conde enfatizó que la diferencia entre la generación que le precedió y la suya está en que son otros los desafíos a los que se enfrenta la juventud actual, a la cual le ha tocado vivir en medio del bloqueo económico de Estados Unidos contra la Isla, del período especial y después, de la desaparición del campo socialista.
Evidentemente, enfatizó, en medio de esas circunstancias, los retos se han multiplicado, pues los enemigos de la Revolución, al mismo tiempo, han arreciado la subversión imperialista.
Estamos conscientes de que existen problemas, sobre todo de funcionamiento, por eso hacemos este Congreso, para indagar en las causas, esclarecer tendencias y emprender acciones que nos permitan cumplir a cabalidad con la gran responsabilidad que tenemos: defender la Revolución, acompañando a nuestro Partido, dijo el presidente de la Organización de Pioneros José Martí en la provincia de Camagüey.
Conde narraba que a su llegada a la capital, un periodista le preguntaba qué esperaba de este IX Congreso, a lo cual le respondía que los delegados no habían venido a pedir nada, sino a reafirmar su compromiso con el proceso revolucionario, a discutir las ideas que los fortalezcan en el combate.
No hemos venido aquí, aseguró, a exigir nuevos espacios, pues siempre los hemos tenido. Lo que tenemos que hacer es aprovecharlos al máximo para que no sean ocupados por mercenarios asalariados del imperio.
No debemos perder de vista, recordó, que la intención suprema del imperialismo ha sido hacer rendir a Cuba como nación. Ejemplo nos sobran de las mezquinas actitudes de los sucesivos presidentes norteamericanos que han incentivado la creación de organizaciones abiertamente contrarrevolucionarias como la Fundación Nacional Cubano Americana; medios subversivos como Radio y Televisión Martí; leyes al estilo de la Torricelli, cuyo carril 2 ha sido diseñado para los jóvenes.
Ahora Obama, con su apariencia de amante de la paz, ha dicho que mantendrá el bloqueo genocida, afirmó Conde. Todos son pretextos del imperialismo para intentar asfixiar a la Revolución. No nos podemos llamar a engaño. El combate ideológico lo ganaremos haciendo lo que tenemos que hacer en cada uno de nuestros puestos.
Que les quede claro que los jóvenes cubanos de hoy amamos a la Patria como la ama Fidel; amamos la libertad como la ama Raúl; amamos la historia como la amaron nuestros héroes y mártires, que ofrecieron su sangre para conseguir la total independencia y soberanía, del mismo modo como no vacilaremos en hacerlo nosotros cuando sea necesario.
«El imperialismo jamás tendrá a Cuba. La victoria es nuestra. Y ahora es para siempre», concluyó.
Una juventud que se haga sentir
La delegada Yuselis López, del Complejo Agroindustrial Uruguay, del municipio de Jatibonico, en la provincia de Sancti Spíritus, narró que hace algunos años el comité de base casi desaparece. La poca presencia de jóvenes en el centro, además del mal funcionamiento de la estructura que existía, eran las causas de la situación.
No podíamos permitir que eso sucediera, dijo la joven, una empresa como esa no podía darse el lujo de que la juventud no se hiciera sentir.
La primera medida tomada fue solucionar el problema del mal funcionamiento del comité de base, lo otro, acercarse a aquellos que conformaban el universo juvenil para, poco a poco, comenzar un proceso de crecimiento con aquellos que reunían los requisitos para integrar la organización.
El cambio fue inmediato. El comité de base tomó tal fuerza que incluso logró rescatar los colectivos juveniles de zafra, que solo existían en papeles, y mediante los cuales se estimula a los trabajadores jóvenes. Aunque solo lleve tres meses, dijo, si es bueno y cumple su trabajo, ¿por qué no reconocerlo? Así lo hacemos con los que integran el pelotón de corte mecanizado, que trabajan 12 horas. Ellos demuestran que sí se puede y que los jóvenes pueden dar un aporte significativo.
Otra de las actividades recuperadas en el CAI espirituano es la labor de las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ), vitales para la sustitución de importaciones que prioriza hoy el país.
Sobre el tema, Aclaris Alfonso, de la Empresa Argelio Reyes, Prodal, del MINAL, expresó que las BTJ son una vía para darles tareas concretas a los jóvenes, aunque no sean miembros de la organización, para resolver los problemas económicos que hoy atravesamos.
Señaló que los militantes comunistas de su centro se han propuesto ser los principales protagonistas en el aumento de la calidad de la producción, la disciplina, el ahorro de energía y racionalidad en el empleo de los recursos.
La delegada se refirió a la necesidad de realizar énfasis en el trabajo político diario con los más de 150 jóvenes que integran el universo juvenil. Expresó que aunque es cierto que son buenos trabajadores, su obligación es estar ideológicamente más preparados.
Se está haciendo un trabajo consciente y elevado, dijo, porque no hacemos nada con aumentar las producciones y sustituir importaciones, si no hay conciencia de luchar contra la corrupción y las ilegalidades, y los jóvenes deben tener un papel destacado en ese enfrentamiento.
Los jóvenes tienen que participar
Asumir con responsabilidad la solución de los problemas que pudieran presentarse en la producción, y no dejar de aportar productos que sustituyan importaciones y sean exportables, es la principal tarea que tienen los jóvenes que laboran en los centros de investigaciones cubanos.
De eso modo lo ve Yaser Ramos, secretario general de la estructura de la Unión de Jóvenes Comunistas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), institución que marcha a la vanguardia en ese sentido.
Para Yaser, delegado al IX Congreso de la UJC, que continúa en sesión plenaria este domingo, el resultado positivo que muestra el CIGB se explica por la relación estrecha que se ha establecido desde siempre entre las organizaciones de base con los diferentes factores que participan en el funcionamiento del CIGB.
El comité de base toma parte activa en todos los Consejos de Dirección, aseguró, en los que no solo se ponen al tanto de la situación que existe en el centro, sus necesidades y problemáticas, sino que también expresan allí las preocupaciones de los jóvenes trabajadores.
Si los jóvenes marchan en la avanzada en instituciones como la nuestra es porque se saben participantes activos, y por tanto hacen suyas las tareas del centro y apoyan de modo incondicional las que convoca la Revolución.
Ello exige, acotó Ramos, el trabajo hombre a hombre, velar porque se mantenga la ejemplaridad de los militantes, motivar a los que vayan quedando atrás, crear comisiones de trabajo que respondan a la realidad de nuestros centros.
Los jóvenes del níquel
«En la empresa productora de níquel Pedro Soto Alba, de la oriental provincia de Holguín, los jóvenes no estamos ajenos al lugar que nos corresponde en la batalla económica del país. Ser más eficientes, ahorrar importaciones y contribuir a otras actividades como la producción de alimentos y el embellecimiento de nuestra ciudad, son nuestras prioridades», afirmó el delegado Fermín Escalona.
«Hemos hecho un llamado a ser más profundos en los análisis del comité de base a la hora de hablar de nuestra tarea fundamental, apuntó. Por una parte está la fábrica, donde debemos recuperar las piezas de repuesto para sustituir importaciones. En la mina, nos afectaba la falta de disciplina laboral en la transportación, y se producían accidentes con camiones que son muy costosos.
«El comité de base se ha metido de lleno en el asunto, y hemos logrado ahorrar 1,9 millones de dólares con la recuperación de importaciones. Los hemos sumado a todos, militantes y no militantes, jóvenes y trabajadores de experiencia.
También, precisó Fermín, organizaron un aula para que los obreros alcancen el noveno grado. «Y los profesores somos nosotros, los jóvenes, apuntó, y con mayor disciplina laboral rompimos el récord productivo el pasado año y también en lo que va del actual marchamos muy bien.
«Ante la necesidad de producir alimentos y de embellecer nuestra ciudad, hemos dado nuestro aporte voluntario», destacó.
La intervención de Fermín motivó a Liudmila Álamo, primera secretaria de la UJC, quien conduce el debate, a precisar que solo el 11,7 de los militantes son obreros, por lo cual es necesario crecer en la organización con ese universo juvenil, que tiene en sus manos una tarea clave para la economía del país.
Hacer más
Perfeccionar el funcionamiento de la Unión de Jóvenes Comunistas, para analizar cuáles son los problemas concretos de cada lugar, en especial los que atañen a los jóvenes, estuvo entre los planteamientos sobre la vida interna de la organización realizada por los delegados al IX Congreso de la UJC, cuya sesión plenaria tiene lugar este domingo en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Con la presencia del presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, los más de mil delegados y asistentes al evento discutieron con fuerza cómo seguir revitalizando la vida interna de una organización que tiene que parecerse a la vida misma.
En los comités de base hay que aprobar planes de trabajo para solucionar los problemas concretos de los jóvenes en su centro de trabajo y estudio, pero también darles tareas concretas a cada militante, y comprobar que las cumplan, clamó Yanet Orta, directora de secundaria básica en Santiago de Cuba.
«En concreto, hay que hablar menos y hacer más», aseguró la joven al intervenir sobre el tema del funcionamiento interno. Narró la experiencia de su centro, en el cual han convertido las asambleas abiertas de los militantes con los jóvenes no militantes en algo cotidiano, mensual, lo que ha redundado en un mayor respeto y aprecio del papel de la militancia en la escuela.
Nosotros además, como educadores, tenemos que formar a los niños y adolescentes en una cultura del trabajo, en estudiar carreras que le sean útiles a la sociedad, pero eso solo se puede hacer llevándolos a los lugares donde se trabaja, al surco, a las fábricas, para que vean y palpen la vida cotidiana.
«Es una misión difícil, pero para los jóvenes ninguna tarea es imposible», aseveró la espigada muchacha, quien subrayó su convicción de que «no podemos esperar a que nos den tareas, tenemos que entender que los jóvenes hoy somos la Revolución».
Sobre el tema, Yeidy Cabrera Padrón, un joven profesor de un preuniversitario del municipio de Rodas, Cienfuegos, narró la experiencia de su escuela en integrar a los adolescentes a la producción a partir de vincularlos a cultivar los mismos alimentos que ellos consumen en la mesa escolar.
Con un hablar pausado y seguro, Yeidy explicó varias anécdotas relacionadas con la vida cotidiana de su escuela, entre estas lo realizado para resolver problemas concretos del aprendizaje de diversas asignaturas, o para hacerle entender a los alumnos la importancia para el país de determinadas carreras o del cumplimiento del Servicio Militar, en una nación constantemente hostigada por el imperialismo norteamericano.
Estas son realidades concretas que demuestran, como mismo lo han hecho varios de los delegados que han intervenido, que el trabajo de la UJC, que hoy agrupa a los jóvenes de vanguardia en Cuba, debe trascender el mero formalismo de una reunión e imbricarse con la vida misma de la sociedad.