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«La posibilidad de hacer un evento como este, con la participación de todas las universidades del país, es una idea que nos cautiva», comentó el Rector de la institución capitalina«La muerte para la ciencia es vivir encerrada en un pináculo de grandes sabios», comentó a JR el rector de la Universidad de La Habana, doctor Rubén Zardoya Loureda, mientras los niños acariciaban tiburones, interactuaban con robots, lanzaban naves espaciales o escrutaban el infinito mediante telescopios.
Todo esto ocurrió en un insólito Festival de Ciencia y Tecnología celebrado el domingo en la Plaza Ignacio Agramonte, del centro de altos estudios, una fiesta de la curiosidad y el saber.
Como iniciativa de los profesores de esta institución, y con la colaboración de la Unión de Jóvenes Comunistas, la Federación Estudiantil Universitaria, las Brigadas Técnicas Juveniles y el Ministerio de Educación, el Festival proporcionó una opción recreativa inusual a la familia cubana.
Con juegos, congas y malabares, el grupo Gigantería y la Escuela Nacional de Circo llamaron la atención de los curiosos que deambulaban por las calles L y San Lázaro. Luego invitaron a subir la Escalinata universitaria para participar en el festejo organizado por la casa de altos estudios para las nuevas generaciones.
Los visitantes, en especial los más pequeños, participaron en cada una de las exposiciones, muchas veces sustituyendo a los expositores en el manejo de microscopios y otros instrumentos. Los trabajos presentados pertenecen en su mayoría a jóvenes profesores y estudiantes de las enseñanzas media y superior.
El doctor Zardoya explicó que la ciencia debe trascender los muros de la Universidad. «Nuestra preocupación por las ciencias naturales se debe a que no logramos cubrir todas las plazas de físicos, químicos y biólogos. Esto es como hipotecar el porvenir de los avances tecnológicos y, en definitiva, el desarrollo del país», añadió.
El evento suscitó múltiples expectativas. «Queremos que los visitantes traigan sus proyectos; incluso pensamos formar un jurado con profesores de las distintas enseñanzas que otorguen puntos y lugares. La incorporación de las sedes universitarias municipales es indispensable para nuestros planes», apuntó Narciso Alonso, director de la Oficina de Transferencia y Resultado de la Investigación de la Universidad de La Habana y uno de los principales promotores del festival.
«Llegará el momento en que esta actividad sea algo tan frecuente como un concierto en la Escalinata; ese es nuestro verdadero objetivo», afirmó Edwin Pedrero, presidente de la Cátedra de Cultura Científica Félix Valera, de ese centro, quien propone repetir esta experiencia en ocasiones como el Día de los Niños, para convertir la colina universitaria en la casa de los futuros científicos.
«La posibilidad de hacer un festival como este, con la participación de todas las universidades del país, es una idea que nos cautiva», comentó finalmente el Rector de la institución capitalina.
