Los que soñamos por la oreja
Entre las cosas de la escena cubana de rock que más han captado mi atención en años recientes, en primerísimo orden incluyo el surgimiento de varias bandas interesadas en asumir el lenguaje del blues. Por diferentes razones, en nuestro país no han proliferado los que se han decidido a dedicar sus esfuerzos al cultivo de esta corriente musical a tiempo completo. Claro que hemos tenido interesados en la manifestación, entre ellos figuras como Lázaro Morúa, Pablo Menéndez y Humberto Manrufo, pero han sido en verdad pocos.
De ahí que para mí resultase una sorpresa encontrarme con trabajos como los de AKDA1, lamentablemente un colectivo ya desaparecido pero que en 2015 grabase un llamativo fonograma titulado Págame el blues, los güineros de la banda denominada Bandera en Blanco y los villaclareños de Bluespirit. Estos últimos han puesto hace poco en circulación, a través del sello argentino Del altillo música, el disco White, Red and Blues, ópera prima de la agrupación.
Fundados como grupo en Santa Clara, en diciembre de 2013, Bluespirit es un power trio que se dedica a interpretar blues y blues rock. En la actualidad integran la banda Wilfredo Rodríguez a la guitarra, el baterista Javier Leiva y Alberto Díaz desde el bajo. Con experiencias previas en ensambles de la escena villaclareña como Warm Revolver (hoy conocida como Applejam), Eskoria, Medium y Diamond Dust, más allá de poseer disímiles gustos, les unió la pasión por clásicos del blues como Robert Johnson, Leroy Carr, Willie Dixon, Elmore James, entre otros.
Importante en el devenir del trío resultó el momento cuando conocieron al bluesman canadiense Robert Davis, cantante, guitarrista y armonicista, quien en Toronto lidera lo que se conoce como el Rob Davis Blues Trio. Con él se han presentado en Santa Clara, Sancti Spíritus y en la peña del grupo La Vieja Escuela, en la Casa de la Amistad, en La Habana.
Es en septiembre de 2016 que Bluespirit graba su primer disco, White, Red and Blues, armado con un repertorio en el que se incluyen temas de figuras como Robert Johnson, Eddie Boyd, Willie Dixon y Sonny Boy Williamson, así como un par de versiones de piezas de The Beatles en arreglos blueseros. En el CD también se registra material compuesto por miembros de la banda.
Si bien la línea del cover es la predominante en el álbum, me parece harto interesante que la tropa encabezada por Wilfredo Rodríguez no se limita a reproducir tal cual las piezas de los músicos a los que rinden tributo, sino que nos propone versiones reinterpretadas desde la perspectiva de Bluespirit.
Lo anterior puede ser comprobado al escuchar el primer corte de la grabación, la reapropiación que hacen de For You Blue, original del fallecido y otrora integrante de The Beatles, George Harrison. Aquí tienen como invitados a dos instrumentistas que colaboran con el trío en varios temas del fonograma, Liván Díaz, en la guitarra acústica, y Alejandro Rodríguez, quien a lo largo del disco se destaca en su ejecución de órgano Hammond, teclado Fender Rhodes y, sobre todo, en la armónica.
En el interés de homenajear a clásicos del blues, la banda versiona temas como Blues Party (Kenny Lee), Five Long Years (Eddie Boyd), Hoochie Coochie Man (Willie Dixon), It Hurts Me Too (Elmore James), They’re Red Hot y Sweet Home Chicago (Robert Johnson), Checkin’ Up On My Baby (Sonny Boy Williamson) y Little Red Rooster (Willie Dixon).
El repertorio del álbum se completa con un cover acerca de la música beatleriana, la pieza Why Don’t We Do It In The Road, de John Lennon/Paul McCartney, y un par de originales de miembros de Bluespirit, me refiero a Into The Sunset, tema compuesto por Alejandro Rodríguez, Javier Leiva y Alberto Díaz, y Stand To The Crossroad, acreditado a Wilfredo Rodríguez.
Grabado en vivo en el estudio Padre José Vandor, en la capital villaclareña por Yenkys González, y mezclado en los estudios Del Altillo, en Venado Tuerto, Santa Fe, Argentina, por Roberto «Tito» Ledesma, en algún que otro corte no me satisface del todo la colocación de los instrumentos en el plano sonoro asignado, como me sucede en For You Blue, donde opino que la guitarra slide quedó demasiado enterrada. Empero, esos son detalles que no empañan un trabajo digno de admirar por la valentía de Bluespirit, al asumir un género que entre nosotros es muy poco difundido y carente por completo de mercado.