Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Aquino, una hazaña intocable

Cuando el 10 de febrero de 2023 Tomás Aquino Abreu Águila partió físicamente, nos dejó una de las hazañas más difíciles de superar en nuestros torneos beisboleros

Autor:

Osvaldo Garay

Cuando el viernes 10 de febrero de 2023, a la 1:10 p.m., Tomás Aquino Abreu Águila partió físicamente, nos dejó aquí, en el planeta Tierra, una de las hazañas más difíciles de superar en nuestros torneos beisboleros que, hasta donde se sabe, comparte en campeonatos oficiales con Johnny Vander Meer, quien, en 1938, vistiendo la franela de los Rojos de Cincinnati, también realizó la proeza en las Grandes Ligas: ¡lanzar dos juegos de cero hit, cero carrera en forma consecutiva!

Digo campeonatos oficiales, porque tengo entendido, aunque no he podido confirmarlo, que, en 1943, el zurdo camagüeyano Felipe Viñas se apuntó también un par de desafíos de estas características en partidos de exhibición.  

Del suceso protagonizado por Aquino el 25 de enero de 1966 se cumplen 59 años este sábado. En aquella 5ta. Serie Nacional, el 28 de diciembre de 1965, el oriundo de Loma Grande —cercano a San Fernando de Camarones—, en Cumanayagua, quien desde los años 70 del pasado siglo residía en Manicaragua, había lanzado 19 entradas y un tercio contra Orientales.

A partir de ahí sintió molestias en el codo, por esa razón cuando iban a inaugurar el Sandino, el 8 de enero de 1966, surgió la disyuntiva de si abrir con Rolando Macías o Aquino. Finalmente, Asdrúbal Baró, mánager de Centrales, se inclinó por Macías.

Ocho días después, el 16 de enero, tras la apertura de la principal plaza beisbolera de la antigua provincia de Las Villas, perteneciente en la actualidad al territorio de Villa Clara, Aquino comenzó a eslabonar su récord, al dejar sin hit ni carrera al equipo de Occidentales, diez anotaciones a 0. Ese fue el primer choque de este tipo en la historia de los campeonatos nacionales.

En su siguiente salida, el 25 de enero de 1966, Aquino superó también por la misma vía a Industriales —que completó en esa serie su seguidilla de cuatro coronas—, equipo al cual doblegó 7 a 0 en el estadio Latinoamericano, para concretar su gran hazaña: dos no hit no run ¡en forma consecutiva!

Cuando salió a calentar en el Coloso del Cerro para enfrentar al combinado azul, Aquino Abreu estaba lejos de imaginar que esa noche inscribiría en el libro de los récords de la pelota cubana una proeza que ya se acerca a las seis décadas de ser establecida y parece que perdurará por unos cuantos años más.

En enero de 2016, Aquino me reveló algunos pormenores de aquel encuentro que lo inmortalizó en la pelota cubana: «Empecé a calentar y pensé: “Así no puedo lanzar”. Miré hacia el banco para pedirle a Asdrúbal Baró que mandara a buscar a otro pitcher porque me dolía mucho el codo, pero no lo vi. Le eché un vistazo a las gradas y estaban repletas, existía bastante expectación por el no hit no run que le había dado a Occidentales. Entonces, como era frente a Industriales en el Latino, me dije: “Qué va, a mí no me van a tildar de cobarde, que me entren a palos”.

«Seguí calentando y, en la medida en que comencé a ponerle a la bola, el dolor fue desapareciendo. Salí a lanzar en el primer inning y no me batearon hit, en el segundo tampoco y en el quinto observé la pizarra y me pregunté: “¿Caballero, daré otro no hit no run?”. Miré para el home y ahí estaba, bate en manos, Urbano González, el de más vista en nuestro béisbol, y en el círculo de espera se encontraba Pedro Chávez, lo que me hizo reflexionar: “A esta gente no hay quien le dé cero hit, cero carrera”. Los dominé en fly y roletazo a segunda, pero aún tenía dudas. Owen Blandino, desde tercera, me daba ánimo constantemente».

Hubo dos situaciones que casi dan al traste con la materialización de la hazaña, pues en el tercero Ricardo Lazo conectó un roletazo incómodo entre la antesala y el campo corto, al que Veguita Fernández le llegó y pudo forzar en la intermedia a Lázaro Martínez. El otro momento difícil fue el lance en que Mariano Álvarez fildeó a mano limpia una conexión de Germán Águila y sacó un importante out.

Cuando eran las 9:33 p.m., faltaba un out para que concluyera el partido, pero no podía confiarse porque tenía ante sí a un hombre como Eulogio Osorio, que con cualquier cosa entraba en circulación, pero logró dominarlo de segunda a primera. Todos corrieron a felicitarlo, entre ellos José Llanusa Gobel, primer presidente del Inder, y le explicó que estaba en una reunión con Fidel y cuando el juego iba por el octavo inning, 7 a 0, le dijo al Comandante en Jefe: «Le pido permiso para retirarme porque Aquino está dando el segundo no hit no run y quiero ser el primero en felicitarlo».

 Así terminaron los juegos:

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.