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Honduras bajo presión de Trump

La pública y desembozada injerencia en las elecciones hondureñas para que el cómputo de los sufragios siga favoreciendo a Nasry Asfura no tiene precedentes

Autor:

Marina Menéndez Quintero

 

En una guerra sucia sin armas, pero también «sin cuartel», el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue presionando no ya a los ciudadanos hondureños, sino al Consejo Nacional Electoral (CNE) para que el lento y cuestionado conteo de actas tras los comicios generales del domingo favorezca a quien ha escogido como su candidato, el aspirante del Partido Nacional, Nasry Asfura.

La pública y desembozada injerencia en las elecciones hondureñas con amenazas directas, primero, para torcer el voto, y ahora para que el cómputo de los sufragios siga favoreciendo a Asfura cuando con poco más del 50 por ciento de las actas escrutadas los resultados arrojan una cuestionada y leve ventaja para él, no tiene precedentes.

Ello remarca que las presiones militaristas contra Venezuela y el resto del Caribe son la expresión del propósito de la administración republicana de barrer con todo lo que huela a progresismo en la región, y devolver a Latinoamérica y a los países caribeños a la condición de traspatio de Estados Unidos que sufrieron durante décadas.

En el caso hondureño, el fin último ha sido evitar la elección de la candidata Rixi Moncada, del gubernamental partido Libre (Libertad y Refundación), un movimiento que tiene su cuño de izquierda no solo por su gestión social dentro de Honduras y por haber nacido del enfrentamiento al golpe de Estado protagonizado por los militares y las cúpulas empresariales que en junio de 2009 depuso a Manuel Zelaya, con la anuencia y el  respaldo de la Embajada estadounidense, se reveló.

Además, Libre tiene una vocación latinoamericanista e integracionista y se ha opuesto abiertamente a la dominación imperial, cuyos afanes de supremacía y dominación ahora reverdecen.

Luego de advertir, en pleno silencio proselitista tres días antes de la votación, que si ganaban Moncada o Salvador Nasralla, del Partido Liberal -y quien fue parte del actual gobierno y compañero de fórmula en la dupla de Libre en otras elecciones- EE. UU. cesaría la ayuda al país,y hasta sugerir que sería considerada una nación «narcoterrorista» —como falsamente se acusa y amenaza a Venezuela—,el jefe de la Casa Blanca ha proclamado en pleno conteo de votos, que habrá «un infierno que pagar» si cambian los resultados preliminares dados a conocer hasta el lunes por el CNE.

Para entonces solo se había transmitido entre el 57 y el 58 por ciento de las actas, informa un reporte de la sección Tu Nota, que publica el propio portal del CNE y se esperaba, añadió, que «la mayoría los resultados de las Juntas Receptoras de Votos sean registrados en los próximos días». El plazo establecido tiene tope hasta de un mes.

A esas alturas, el conteo proclamado daba ligerísima y casi imperceptible ventaja de 500 votos a Asfura (poco más  de 39 por ciento de votos) sobre Nasralla, por lo que se hablaba de «empate técnico». Moncada, en tanto, estaba relegada a un tercer lugar con poco más  de 19 puntos porcentuales, y anunciaba en conferencia de prensa la injerencia de Trump, proclamaba fraude, y aseguraba que las elecciones no están perdidas y que Libre no se rinde, reportó Telesur.

Rixi también reveló la existencia de una estratagema en el conteo de votos por la omisión del uso de los patrones biométricos —léase huellas dactilares— a la hora de computar y validar los sufragios. El 25,35 por ciento del total de las actas cuyos resultados han sido dados a conocer carecería de «validación biométrica», puntualizó.

Libre había alertado antes de la pretensión de retardar el conteo y la emisión de resultados de las localidades donde esa agrupación es fuerte y cuenta con el llamado «voto duro», lo que pudiera resultar crucial tomando en cuenta la cantidad de actas cuyos cómputos no han sido dados a conocer. El tiempo en Honduras puede contener oro.

Otro elemento intervencionista en el voto ha sido el anuncio de Trump de que liberaría al expresidente Juan Orlando Hernández, también del Partido Nacional y condenado a 45 años de prisión por narcotráfico en EE. UU., donde cumple sanción, si Asfura triunfaba. El lunes 1 de diciembre, la esposa de Hernández, confirmaba la liberación, en mensaje en su cuenta en X: «…mi esposo Juan Orlando Hernández VOLVIÓ a ser un hombre libre, gracias al perdón presidencial otorgado por el Presidente Donald Trump».

Pese a que, por fortuna, la tranquilidad reina hasta hoy en Honduras, todo ello anuncia días de incertidumbre, y de espera bajo franca tensión.

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