Las tres del domingo
Con las bajas temperaturas en Florida, Estados Unidos, no solo ha caído nieve en el llamado Estado del sol norteamericano, también iguanas. Sí, así mismo. Resulta que estos animales, especies invasoras del sur estadounidense, son, literalmente, de sangre fría, por lo que no «sienten» el clima, pero se hacen más lentas a medida que desciende el mercurio en el termómetro… hasta quedar dormidas. Por lo que, con el frío inclemente de este enero, las iguanas floridenses caen entumecidas cual Blancanieves de los árboles y más de un ciudadano ha sido sorprendido con esta inesperada lluvia.
Una anciana de 72 años, residente de Oklahoma, se ha convertido en una verdadera «caza Medusas», sin temor a que las serpientes la muerdan, y ahora es ampliamente conocida en internet desde que mató —con escopeta, pala y rastrillo— 11 víboras que se deslizaban por su casa. La mortífera señora Newby es, sin duda, de armas tomar, pues no eran esos los primeros reptiles venenosos que se colaban en su hogar; un día antes ya había eliminado a cuatro más y un mes atrás exterminó a una serpiente cascabel de más de un metro y medio. Definitivamente, parece sacada de película, aunque lo más curioso es: si queda claro que la mujer es letal, por qué siguen apareciendo serpientes cerca de ella.
Esta vez fue un cocodrilito el que se aventuró por los dominios humanos. En Australia, justo el primero de enero, Paul Marshall, un trabajador de mantenimiento de un hotel encontró al bebé intentando entrar por la puerta de la cocina, quizá atrapado por los olores de las sobras de la comida de fin de año. Pero no por chiquito el reptil era pacífico, al punto que Paul, con el fin de salvar su mano, tuvo que ponerse un guante para coger al animal y llevarselo de allí, pues el pequeñín, «a mordida limpia», no se dejaba agarrar y aunque le falten todavía unos cuanto dientes por crecer, la boca de un cocodrilo (aunque sea en miniatura) siempre es tenebrosa.