Acuse de recibo
La injusticia del prestador de un servicio que se sitúa en función de sí y no del cliente que lo recibe, es remarcada por Léster Javier García González, residente en Goicuría No. 261, apto. 7, entre Santa Catalina y Milagros, municipio habanero de Diez de Octubre.
Refiere el remitente que es titular del servicio de telefonía fija adscrito a la Planta de Juan Delgado y Luis Estévez, en ese municipio. E ilustra las consecuencias que le ha traído el hecho de que en octubre de 2023 se partiera un cable soterrado que da servicio a un gran número de clientes, incluido él. Avería aún no resuelta.
El problema es que Léster tiene contratado el servicio de Nauta Hogar, que se caracteriza por el prepago. O sea, usted paga anticipadamente, y luego consume. Y él cuestiona por qué si la planta no puede brindarle el servicio telefónico, le exigen que pague el de la conexión a Nauta Hogar.
«Cada vez que pregunto allí en Juan Delgado y Luis Estévez, me dicen que pague para no perderlo, pues si estoy más de dos meses sin hacerlo, me retiran ese servicio.
«Si la afectación es responsabilidad de la planta, ¿no deben asumir ellos ese gasto? ¿Por qué tengo que pagar un servicio que no voy a poder usar hasta que la planta sea capaz de solucionar el problema o darles una alternativa para poder conectar nuevamente a los clientes?
«El servicio Nauta Hogar no es acumulable. Las horas que yo pague y no consuma se perderán una vez terminado el mes. ¿No está en manos de la planta declarar los pares telefónicos que tienen afectados y los números que tienen servicio Nauta Hogar y congelar el servicio para que no se venza?
«Acudo a usted a ver si por esta vía, haciéndolo público, se soluciona algo, ya que es por gusto ir a la oficina comercial de dicha planta, pues siempre se ponen en posición del prestador y no del cliente y dicen lo mismo: Que debo pagarlo para no perderlo», concluye.
El 18 de septiembre de 2023, y desde el Edificio 6, apto. 8, en el reparto Monterrey de la localidad holguinera de Moa, Sandalio Francisco Olayon Gil, denunciaba aquí que llevaban 12 días sin agua, y sin una información.
«Y este reparto es el más envejecido de Moa, decía. ¿Dónde está la atención al adulto mayor? Cuando hay suministro de agua, la ponen en horas difíciles de hacer las necesidades del hogar. Y para los que trabajan es peor.
«Pedimos una solución para este pueblo trabajador del níquel. Porque con el potencial que hay en Moa, no es para que ocurran cosas de esta magnitud… Aquí las emanaciones de polvo son contantes desde las industrias. Y cuando hay que suministrar el agua siempre hay una justificación. Que en otro municipio no se pueda solucionar una avería lo entiendo. Pero en Moa eso no lo creemos ni lo vamos a creer, donde hay industrias poderosas que fabrican piezas de todo tipo. ¿Hasta cuándo tanta indolencia?», concluía.
Nunca se recibió respuesta al respecto; qué irrespeto por parte de quienes deben atender tal queja: Acueducto y Alcantarillado y el Gobierno municipal.
Y el pasado 3 de febrero volvió a escribirme Sandalio:
«La situación es ahora peor, y nadie dice cuándo podemos tener ese vital líquido. El servicio que se presta por pipas es supermalo ya que estos servicios son con pipas de firmas que radican aquí. Muchas veces vienen con nombre y apellidos. Y los que no trabajamos tenemos que rogar para que nos den agua», concluye.