Acuse de recibo
El 29 de enero pasado, y desde Camagüey, Juana María Hernández contó aquí que, tras suspenderse la salida en La Habana para cumplir una misión de salud en Guatemala, ella retornó a la capital agramontina el 4 de diciembre de 2018 junto a otros colaboradores, en un ómnibus Transtur que situó el Ministerio de Salud Pública.
Refirió que al arribar a la ciudad de Camagüey, primera parada oficial del ómnibus, su equipaje no apareció. Y, según los choferes, el maletero se había abierto y la única maleta que se había caído era la suya; pero aquel estaba perfectamente cerrado, aseguraba. Juana se dirigió de inmediato a la unidad de la Policía del reparto Julio Antonio Mella de esa ciudad, e hizo la correspondiente denuncia.
«Hasta la fecha (16 de enero de 2019), afirmaba, nadie se ha acercado a mí para dar una respuesta sobre la pérdida de mi equipaje, y estoy esperando la salida para cumplir misión en cualquier momento. Perdí todo lo que contenía el equipaje para estar en otro país, al menos dos años. ¿Con qué equipaje me voy? ¿Quién responde en Transtur por la pérdida de mi equipaje? ¿Es cierto que se abrió el maletero y solo se cayó mi maleta? ¿Cómo, al llegar a Camagüey, el maletero estaba perfectamente cerrado?», concluía.
Al respecto, responde Arnaldo Alaix Domínguez Santos, director general de Transtur, se realizó una investigación que incluyó diversas acciones, entre ellas la entrevista con Juana María.
«Se pudo determinar, afirma, que, ciertamente, la recurrente sufrió la pérdida de sus pertenencias, siendo responsables los choferes del ómnibus 4700 por el incumplimiento de lo establecido en el contrato firmado con la Unidad Central de Cooperación Médica, ya que se permitió depositar en el ómnibus un exceso de equipajes, y no se identificaron los mismos como corresponde. Estas fueron las causas que propiciaron el hecho, y no lo planteado por los choferes a Juana María de que se había abierto el maletero».
Y refiere que la Tercera Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria en Camagüey entregó un certifico que exonera a los choferes de la comisión de un delito de hurto.
«No obstante, asevera, sí son responsables desde el punto de vista administrativo por el extravío del equipaje. Por tal motivo, y atendiendo a que no poseen antecedentes de indisciplinas, y que hasta el momento no habían presentado insuficiencias en su trabajo, se les aplicó la medida disciplinaria de traslado temporal a otra plaza de menor remuneración o calificación, en condiciones laborales distintas, por un término de un mes, con derecho a reintegrarse a su plaza».
Añade que los choferes, a su vez, indemnizaron a la pasajera de su propio bolsillo por el valor de los bienes perdidos. Y esta, complacida, instó a que se diera por concluido el caso. Agrega que se adoptaron las medidas organizativas y se analizaron causas y condiciones que propiciaron el hecho, para evitar su repetición.
Yusmy Rodríguez Hernández (Finca Fortuna, caserío Sagua la Chica, Camajuaní, Villa Clara) cuenta sus avatares laborando en la pequeña unidad pecuaria Camacho, dedicada a la ceba de ganado vacuno, y perteneciente a la UEB Agropecuaria Integral Camajuaní de la Empresa Provincial Integral Villa Clara
La persona remitente (no sé el género en caso de estos raros nombres) refiere que el colectivo de 22 obreros genera por cada venta hasta medio millón de pesos. Y el salario allí no excede de 750 pesos cuando el de los administrativos excede los mil. Estos últimos tienen derecho a comprar por bonos en una tienda por divisa y los trabajadores no, enfatiza.
En materia de condiciones de trabajo, las enumera: no hay fluido eléctrico, y solo les garantizan el almuerzo por diez días, aparte de que hay que ir a buscarlo, o sencillamente no se almuerza. Trabajan más de diez horas al día y solo se les reconocen ocho.
«No hay alambre para cercar ni grampas. Los caballos no sirven. No hay monturas, lazos ni espuelas, pero los carros de los jefes no paran. Nuestra unidad solo está trabajando al 25 por ciento, con mil reses de 4 100 posibles, porque está cubierta de plantas invasoras», asevera.
Esas y otras quejas, dice, han sido expuestas a las autoridades pertinentes.