Acuse de recibo
Nora de los Ángeles Torres Ramos (calle 5ta. No. 706 altos, e/ 8 y 10, Vedado, Plaza de la Revolución) es de las que no comulgan con la chapucería. Se confiesa lectora habitual de nuestra sección y espera con optimismo que algún día no haga falta, al menos para denunciar los entuertos que hoy se publican.
Su misiva tiene lugar pues el 18 o 19 de noviembre, según recuerda, la Empresa Eléctrica ejecutó en calle 5ta., entre 8 y 10, en el capitalino Vedado, una poda de árboles cuyas ramas resultantes fueron amontonadas en los parterres y, días después, instalaron postes nuevos. Hasta ahí, comenta la capitalina, todo positivo, pero la angustia surge porque hasta la fecha en que Nora nos escribió (30 de noviembre), «los desechos de esa poda permanecen en el mismo sitio, a pesar de las gestiones efectuadas por vecinos de la cuadra y el Delegado de la zona».
«Se alegó por la Empresa Eléctrica que ellos podan y recoge Comunales, el cual manifestó que ellos no recogerán y que es obligación de los que podaron retirarlo. Esto se lo manifestaron a la Presidenta del CDR, que ha estado muy activa llamando a los organismos involucrados para poner fin a la situación creada», apunta la remitente.
El «paquete» se agrava —señala— porque ya han comenzado los indolentes a tirar más desechos sobre las ramas y cada vez más el lugar se torna un vertedero, con las posibles complicaciones derivadas de vectores de enfermedades, alcantarillas tupidas cuando llueve, etc.
«Me pregunto si una situación tan simple debió convertirse en un problema», reflexiona la vecina. Y también se cuestiona por qué no se pusieron de acuerdo oportunamente dos entidades que deben necesariamente trabajar en conjunto.
Poco más habría que añadir. Y aunque a estas alturas aquellos desechos deben haber sido recogidos, la historia sirve para preguntarnos por qué chocamos una y otra vez con faltas de coordinación que a la larga se convierten en baches de la convivencia.
Galantes en el galEN EL GALÁN
Altruismo, consagración y ética. Esos son los atributos que los egresados de la especialidad de Matemática del Tercer Contingente del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, vieron en el colectivo de la unidad de alojamiento El Galán, de la ciudad de Las Tunas.
Así lo evoca el lugareño Rafael Aparicio Coello (calle C No. 27, El Batey, Amancio), quien además apunta: «Cuando muchos colectivos del sector son cuestionados por sus insuficientes prestaciones, los de El Galán hacen pininos para satisfacer y atender a sus clientes».
Los profes de Matemática, en la voz de Rafael, quieren reconocer especialmente la labor de Yesleydys Mayedo Parra, Denis Rodríguez Ricardo, Roger Morel Pupo, Raiza Pupo Aguilera y Misleydis Reyes Serrano.
LA ZANJA VIEJA DE PUEBLO NUEVO
Un problema de más de cinco décadas. Ese es el complicado asunto que trae en su misiva Ernesto Almaguer Díaz (calle Antonio Moreno No. 2LA, entre 12 y 14, reparto Hilda Torres, Holguín), decidido a extender este reclamo a todas las instancias y niveles hasta que se elimine el peligro que lo desata.
Hace más de 50 años, en el reparto Pueblo Nuevo, de la urbe holguinera, frente a muchos hogares, existe «una zanja de aguas albañales provocada porque en la mayoría de este reparto no existe alcantarillado. Es duro ver (…) cómo las fosas vierten en esta zanja y pasan heces fecales y agua putrefacta a tan solo un metro de estas viviendas. Este es un problema que a lo largo de la historia ha padecido el reparto más antiguo del municipio de Holguín y que se ha planteado en múltiples espacios y a autoridades; y que, como siempre, se ha puesto en (…) planes de inversión, y hasta ahora nada», se duele Ernesto.
Y apunta el riesgo que implica tal situación, máxime cuando el país se ha visto amenazado por diversas enfermedades y continúa emprendiendo campañas epidemiológicas para prevenirlas y curarlas.
Meditando en que se trata de un problema de tan larga data, deben incidir en él disímiles factores que han condicionado su solución. ¿Qué pueden explicar las autoridades pertinentes al respecto?