Acuse de recibo
El capitalino Alexis Martínez Flores (calle 17, No. 961, entre 8 y 10, Vedado, Plaza de la Revolución) nos escribió entrampado en un ilógico mecanismo. Narraba Alexis el 29 de septiembre pasado que desde el año 2000 había sido audicionado como solista vocalista de música ranchera, por la Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos Adolfo Guzmán en la provincia (EPCME).
«Por no haber plantilla de vocalista me dieron “guitarra acompañante” de música ranchera. No soy guitarrista, esa palabra se respeta muchísimo. Durante 12 años pedí mi plaza como vocalista; me decían que no había, pero seguían entrando solistas», se quejaba el remitente.
Y refería que tras una audición como vocalista hecha por la Guzmán, con resultados positivos, no se elevó la documentación correspondiente al Instituto Cubano de la Música (ICM). Llegó una audición central de este organismo, lo evaluaron como guitarrista, cosa que él reconocía no ser, y perdió su trabajo.
Según su misiva, el artista contaba con reconocimientos y promociones como vocalista, tanto en Cuba como en República Dominicana, donde actuó por cinco meses. Sin embargo, cuando solicitó la audición de nuevo, pero como lo que es, se la negaron.
A propósito contesta Pedro Pablo Fernández Ramos, director de la EPCME Adolfo Guzmán. Apunta que Alexis Martínez Flores «ingresó al sector artístico el 21 de febrero de 2001, como instrumentista, repertorista acompañante (guitarra), se audicionó el 23/06/2001 por el Consejo Técnico Artístico como guitarrista acompañante de la solista vocalista Lolita López con un dictamen positivo, de igual manera fue audicionado el 21/12/2002 con la misma artista, con resultados positivos».
Asimismo, señala el directivo, consta en el expediente del músico una audición efectuada como guitarrista acompañante, en la cual se le hacen señalamientos de limitantes armónicas en el género mexicano. También en otra evaluación realizada por el Consejo Técnico Artístico, se evidencian dificultades en la función de acompañar y le indican superarse para ampliar el espectro del género y la estructura armónica.
«Consta audición del 23/03/2011, como solista vocalista por previa solicitud del interesado con fecha 16/03/2011 para optar por la especialidad —especifica el funcionario—. El jurado dictamina buenos resultados, pero recomienda continuar trabajando el género, estudiar la técnica vocal para ampliar su capacidad, pues comienza como solista vocalista; estos resultados no fueron tramitados con el Instituto Cubano de la Música para el cambio de especialidad, la Subdirección Técnica en esos momentos no hizo el trabajo que le correspondía».
Y añade que cuando se produce el cambio de la Subdirección Técnica, «en la Empresa no había conocimiento de esta propuesta y cuando se realizan las audiciones de la Comisión Rectora Nacional de Evaluación (CRNE) del Instituto Cubano de la Música, el músico se evalúa con el estatus que tiene en el catálogo, “Instrumentista, repertorista, acompañante (guitarra)”; en el acto de audición se le señalan los aspectos negativos que conllevaron a que fuera desestimado…».
La conclusión que emite la EPCME es que Alexis nunca fue solista vocalista de su catálogo; desde su entrada al sector se desempeñó como guitarrista acompañante. Como tal fue evaluado por la CRNE, y en virtud de lo que establece el Código de Trabajo, al ser devaluado, se acató la prohibición de establecer relaciones de trabajo en ocupaciones artísticas.
«Al dar respuesta al recurrente, (este) mostró su conformidad, alegando que el error partió desde su posición, al aceptar ser emplantillado como guitarrista acompañante para formar parte del catálogo de la Empresa, y no como solista vocalista como deseó ser audicionado. Por lo que se cataloga la queja sin razón».
Agradezco la misiva. Es reprochable al artista que no haya brindado en su carta todos los elementos que ahora aporta la Empresa. En este espacio de diálogo la honestidad es una premisa. Por otra parte, el error de la Subdirección Técnica de la Institución, al no tramitar al ICM los buenos resultados como solista del aspirante, fue un golpe que cambió bastante las circunstancias. No aclara Pedro Pablo Fernández Ramos quién o quiénes responden por tamaña pifia. Y no es poca cosa, cuando se trata de la carrera profesional de un músico. Tampoco se especifica en la carta qué otras opciones de volver a presentarse a audiciones tiene el capitalino. A fin de cuentas, siempre deben quedar caminos abiertos a la voluntad y la vocación.