Acuse de recibo
Dos veces ha chocado la pinareña Cira Guerrera Acosta (calle 23, No. 3604, entre 36 y 38, San Diego de los Baños, Los Palacios), con la misma pared. Y no precisamente por su propensión humana al error. Sino por ciertos mecanismos que...
Sucede que Cira, licenciada en Cultura Física, cumplió misión internacionalista en la República Bolivariana de Venezuela en el período 2010-2012, y en esa fecha tuvo una amarga experiencia de envío de paquetes hacia Cuba.
Narra la remitente que el 17 de julio de 2012 remitió mediante la Agencia Cóndor Cargo en el estado de Carabobo, un bulto a nombre de Víctor Alexis Castillo González, con No. de envío VLN 2134. Este llegó a manos de la agencia cubana Aerovaradero en septiembre de ese año, según le informaron a la colaboradora. Ella avisó a su familia para que estuviera pendiente, pero nunca los llamaron.
Al arribar a Cuba, Cira fue personalmente a los locales de Aerovaradero… «Quedé muy impresionada: los bultos estaban húmedos, abiertos y otros vacíos, yo los toqué con mis manos. Por más que rogué no me entregaron mi bulto porque no tenía la guía aérea de mi envío», evoca la afectada.
Tenía en sus manos todos los documentos que le había proporcionado la agencia venezolana, pero sin la guía aérea no hubo modo de que le facilitaran su paquete. Logró entonces mediante amigos contactar a la agencia en la hermana república. Y de allá le contestaron «que La Habana tenía mi bulto, que ellos lo habían enviado y que con el número del envío era suficiente. Volví varias veces al aeropuerto (cubano), siempre una traba diferente. Un funcionario me dijo que no volviera más, que esperara a que me llamaran (…) todavía estoy esperando esa llamada»…, refiere la pinareña.
Pero ocurrió que Cira tuvo oportunidad de retornar a la República Bolivariana y volvió a remitir un paquete por la agencia referida. Como esta entidad ya no existía, los envíos se estaban realizando a través de la agencia Sky Fénix y tenían demora. Pero allá le aseguraron a la clienta que no se preocupara, que sus pertenencias no se perderían. En efecto fueron remitidas a Cuba y a ella le llegó hasta una carta de disculpas por la dilación. Sin embargo, una vez aquí comenzó otra vez la odisea…
«El 17 de noviembre pasado me llaman a mi casa para que me presente en el Aeropuerto en la Agencia Aerovaradero a buscar mis bultos (…), tal y como lo esperaba se repitió la historia: tengo nuevamente en mis manos los documentos que me entregó la agencia en Venezuela (...) y hasta el recibo de cobro y nuevamente mirando mis bultos tampoco me los entregaron. O sea, que la agencia extranjera me los cuida por años, me los envía, me ofrece hasta disculpas por la demora y la agencia cubana me llama a mi casa, pierdo un día de trabajo, alquilo un carro, me pelotean por todo el aeropuerto y al final no me dieron mis bultos», se duele la licenciada en Cultura Física.
¿Acaso no había forma de probar la pertenencia de los referidos paquetes con los documentos en poder de esta cliente? ¿Por qué la inflexibilidad? ¿Qué dicen las autoridades pertinentes al respecto?