Acuse de recibo
Cuando las instituciones del país pretenden avanzar hacia una mayor fluidez en sus mecanismos informativos, resultan por lo menos alarmantes situaciones como las que cuenta Juan Manuel Pompa Blanco (Calle Abigaíl González No. 67, e/ General García y Serafín Sánchez, Rpto. San Juan, El Cristo, Bayamo, Granma).
Refiere Juan Manuel que los compañeros de la Empresa Eléctrica encargados de leer mensualmente los contadores del servicio en cada hogar, de un tiempo a esta parte, por una circular que, según dicen, «fue bajada de su Unión en La Habana», informan «que está prohibido darle al consumidor o propietario de la vivienda su consumo en kW h y su equivalencia en dinero a pagar».
Cuando el remitente, buscando más información al respecto, se comunicó con el compañero Juan Carlos Montenegro, comercial de la entidad (no especifica si a nivel provincial o municipal), este le ratificó la disposición.
«¿Qué mal le trae a nuestra sociedad que se sepa en cada domicilio, casa o residencia su gasto eléctrico, para que estén preparados para el pago de su consumo? ¿El conocer esta información no es un derecho que tengo como ciudadano y para la Empresa Eléctrica un deber?», se cuestiona el granmense.
Agua por todas partes. Así titulamos la carta enviada por el capitalino Rolando Almaguer Ramírez (calle 5ta. No. 108, e/ Norte y 10, Rpto. Alcázar, Arroyo Naranjo), quien daba cuenta de peligrosos salideros en la tubería de drenaje de los tanques de acueducto en el Consejo Popular Güinera, de su municipio.
Narraba Rolando que dichos salideros inundan la zona próxima a la escuela primaria Cesáreo Fernández, del reparto Capri, y el agua corre calle abajo en un tramo de más de 150 metros. Igualmente, el encharcamiento dificultaba el acceso a la bodega, el puesto de vianda, el punto de expendio de las balitas del gas y otras entidades del reparto. Y hasta existen anécdotas de accidentes por esta situación.
Al respecto contesta Alberto Ariosa Correoso, director general del Acueducto Sur, de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado. Comenta Alberto que el problema en cuestión data de más de 30 años, debido a varios arreglos realizados en este conducto.
Al parecer la problemática viene de «mediados de los años 80, según nos comentan los moradores del lugar, período en que se sustituyó la tubería por una de diámetro menor (300-350 mm) desde la calle Facciolo y Gutenberg hasta la calle E, próxima a la zanja», apunta el directivo.
Y agrega que después de varios contactos y visitas al lugar, incluida la realizada por la Presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, se tomaron acuerdos que son chequeados semanalmente, y que implican ejecutar la rehabilitación del sistema de drenaje y conectar a varias casas a este, para garantizar la evacuación de las aguas residuales de tres cuadras.
«Estos trabajos —indica el funcionario— comenzaron a ejecutarse a partir del día 1ro. de julio, con el acarreo de los materiales de construcción, el traslado de las tuberías y accesorios, además de los equipos de excavación y equipos complementarios.
«Según cronograma de ejecución... la obra, que realizará la Empresa Constructora Occidente, debe concluir en el mes de noviembre, lo que permitirá incluir la reparación de la red de alcantarillado afectada», concluye el dirigente.
Agradezco la respuesta de Alberto Ariosa Correoso, que viene acompañada del acta de entrevista con el remitente, firmada, conforme, por este último. Esperemos que el fijador de la calidad se imponga en la reparación y finalmente un problema de décadas encuentre la solución duradera.
Ante casos como el que nos ocupa, que a la larga demandan una inversión mayúscula del país, uno se pregunta si no hubiese salido más barato el mantenimiento oportuno y el recambio de algunas piezas dañadas, periódicamente. Tal vez pensando en la eficiencia futura de tales procesos en la nación, se incorporen nociones como esta.