Acuse de recibo
Noel Barrios escribe desde Maceo 413, en la localidad camagüeyana de Florida. Y lo hace para contar que, en un principio, recibió con sumo agrado las ofertas de Etecsa para servicio de correos electrónicos mediante la modalidad de Nauta. «Todo era una maravilla en cuanto a eficiencia y rapidez en la sala de navegación de Florida, hasta el viernes 23 del actual mes de agosto», refiere.
Ese día, como de costumbre, Noel fue al centro de navegación. Comenzó a entrar a la configuración del correo, y por último la apertura del mismo, para leer los mensajes recibidos y pasar los que tenía en plan enviar. Todo ello siempre fue muy rápido.
«Pero ese día, los 17 minutos que me quedaban de saldo los consumí sin poder recibir el servicio. Al final el correo no se abrió. Me dirigí a los compañeros, que siempre con mucha eficiencia nos atienden. Y el comercial en persona comenzó a hacer pruebas. De ninguna forma le fue posible ingresar al correo Nauta, por lo que hice mi queja. Y cuando llegué a mi casa, por el numero 118 establecí de igual forma una queja, que se radicó con el numero 1660. Quedaron en darme respuesta, y hasta el día de hoy no he recibido ninguna».
Lo peor, advierte, es que no le es posible utilizar el servicio. Ha seguido haciendo pruebas y gastando minutos infructuosamente. Todo el que contrata ese servicio, aclara, lo hace por necesidades de comunicarse con sus seres queridos.
«Analizando lo que me ha pasado, me surgen algunas dudas y quisiera, de ser posible, que alguien me las aclarara. ¿Por qué tengo que pagar un servicio que solo comienzo a recibir cuando utilizo el correo y recibo y envío? ¿Por qué tengo que comenzar a pagar hasta llegar a la conclusión de que el correo no abre y no me es posible darle la utilización por la cual estoy contratado?».
«Cuando se va a utilizar el correo, lo primero es acceder a la configuración. Y ya en ese momento comienzan a cobrar. Después es la entrada a su correo, y siguen cobrando. Y por último, la apertura de su cuenta. Pero todavía usted no ha utilizado ningún servicio. Está tratando de recibirlo. Y si al final este no abre por lentitud o por otros problemas, ya usted gastó su saldo y no resolvió, lo que me sucedió. Y si a eso se agrega que no recibe ninguna respuesta…».
Carmen Rosa Fernández (Bellavista 758, entre Vía Blanca y Santa Lutgarda, Cerro, La Habana) se cansó de lo que considera «una falta de respeto» de la Unidad Municipal del Cerro de la Empresa de Gas Manufacturado de La Habana.
Cuenta que desde octubre de 2012 comenzó a reparar su vivienda, por lo cual se tuvo que trasladar hacia la casa de su madre y desinstaló la cocina de gas, sin otro equipo en la casa que consuma dicho combustible.
No obstante, en diciembre de 2012 le llegó un recibo de consumo del mes anterior, por el gasto de 57 metros cúbicos. Primero tuvo que pagar los 6,27 CUP, para poder solicitar que fuera un inspector a verificar lo antes expuesto. Dicho inspector revisó todo y le comunicó que no tenía que pagar más hasta que no hubiera un consumo real.
En enero pasado les entregaron un recibo con cero consumo. Pero en febrero le llegó otro con un consumo de un metro cúbico de gas. Ese mismo mes cambiaron el metro-contador por uno que marca cero consumo.
En marzo, otro recibo con cero consumo. Pero en abril la sorprendió un recibo con 42 metros cúbicos «consumidos». Llamó a dicha oficina para hablar con la directora. La funcionaria les solicitó unos días para investigar lo ocurrido. Y en mayo, como nadie se aparecía en su casa, el esposo de Carmen Rosa llamó por teléfono. La directora le aseguró a él que mientras que el metro-contador no marcara, no recibirían otro recibo con consumo.
Qué bien, en junio y julio cero consumo. Ah, pero en agosto, caliente que es agosto, el cobrador les llevó un recibo por un consumo de 24 metros cúbicos, y por valor de 2,64 pesos. La reclamante considera que es una falta en la atención a un cliente que no utiliza dicho servicio.
¿Cómo se explica que frecuentemente, a pesar de las reiteradas advertencias del cliente, se intente cobrar un servicio que no se está disfrutando? ¿Cómo es posible que a estas alturas Carmen Rosa no haya recibido una explicación convincente, y una disculpa, acerca de tan extraño fenómeno?