Acuse de recibo
Joaquina Peña Gordon está en una carrera contra el tiempo. Bien lo sabe esta mujer de 82 años, vecina de calle 37 No. 3802 entre 38 y 40, en la ciudad de Cienfuegos, quien está ante el dilema de no haber recibido una respuesta concreta para un trámite que inició hace muchos meses, tanto que se antojan demasiados.
Pero dejemos que la anciana lo cuente. «Soy propietaria de un paño de terreno que obtuve por herencia en el 2002, y se halla en el balneario de Rancho Luna. Con la flexibilización de las facilidades para construir en terrenos propios, a finales de octubre de 2010 solicité en la Dirección Municipal de Vivienda de la Perla del Sur que se iniciara a mi favor un trámite de regulaciones urbanísticas, con la intención de construir una casa en la playa. Así, presenté copia del título de propiedad y la documentación requerida (trámite No. 2062).
«Luego de tres largos meses y de reiteradas visitas a esa entidad, se me informó que el terreno está en una zona de desarrollo turístico y los trámites se deben dirigir a la Dirección Provincial de Planificación Física».
Añade Joaquina que el 20 de enero de 2011 realizó una solicitud de cambio de terreno, con la idea de levantar la casita en el asentamiento de Rancho Luna, donde el Estado tiene parcelas disponibles que no están en zona de desarrollo turístico y poseen extensiones más o menos proporcionales a la suya.
«Luego de más de un año sin recibir respuesta y tras haber realizado múltiples visitas a la Dirección Provincial de Planificación Física, tomé la decisión de visitar el lugar donde se ubica el terreno que obtendría a cambio, y comprobé que sobre parte del mismo hay un parqueo estatal.
«Ante esa situación —añade—, solicité respuesta sobre el estado de los trámites, y Planificación Física me respondió que el cambio de terreno no tendría dificultad. En ese momento también me entregaron, por escrito, una respuesta detallada de los trámites realizados hasta esa fecha. Posteriormente se me consultó la propuesta para el cambio de terreno, mas no se comentó que la parcela que recibiría está afectada por el referido estacionamiento».
Precisa la lectora que el terreno que prevén entregarle tiene menores dimensiones que el suyo y se localiza en los límites de la comunidad mas, a pesar de ello, se mostró proclive al cambio porque la interesaba tener una casa en la playa.
«Finalmente, el 19 de diciembre de 2012 recibí otra respuesta, contraria a cuanto se me había propuesto anteriormente», cuenta. Y Joaquina no comprende cómo después de dos años en gestiones, siguiendo los canales oficiales, no puede avizorar una solución a su pedido. «A mi edad, de demorar tanto la resolución de este litigio, quizá no pueda disfrutar ya de mi derecho…».
¿Qué pueden responder las entidades responsables? ¿Solucionarán o compensarán este problema?
No es la primera vez que estas páginas acogen preocupaciones acerca de cómo ciertos vendedores de productos agrícolas los maduran «a la cañona» mediante el empleo de sustancias químicas. En más de una ocasión, incluso, el veterano reportero Nelson García Santos ha abordado en JR desde el comentario o el reportaje este asunto, dejando claro que la exposición a estos compuestos puede desencadenar intoxicaciones, enfermedades malignas, complicaciones cardiovasculares, trastornos respiratorios, daños en la piel, parálisis de nervios y músculos.
Por esa coordenada anda la inquietud de la capitalina Bety Alberta Quevedo León. «En cualquier mercado agropecuario, puesto de viandas o los conocidos carretilleros podemos encontrar las frutas y vegetales que fueron madurados de esta forma. He intentado buscar lugares donde se vendan los productos sin esta contaminación, que convierte el noble vegetal o fruta en cancerígeno, mas es difícil hallarlos porque esta práctica está bastante extendida».
A la lectora también le inquieta que «no aparecen (o no son conocidas) medidas que impidan este proceder» —al que califica como «verdadero ataque a la salud de la población»—, y considera que el esfuerzo concertado de nuestros organismos permitiría acabar definitivamente con esta manera de actuar, que reverencia visiblemente el bolsillo mas no la salud. En Vista Hermosa No. 451 entre Lombillo y La Rosa, en el Cerro, ella aguarda una respuesta.