Acuse de recibo
Como si fueran mínimos los estragos causados hace casi diez años por los huracanes Lili e Isidore a su casa —catalogada como derrumbe total—, Petra Linares, en el reparto Carlos Manuel de la ciudad de Pinar del Río, tuvo que sufrir un ciclón más destructivo: el de la mentira, la insensibilidad y la irresponsabilidad.
El pasado 4 de abril Petra denunció que después de innumerables gestiones como damnificada, al fin fue adjudicada la ejecución de su casa a la empresa ECOAI 1. Y en diciembre de 2011, se dio oficialmente como concluida.
Así, la Unidad Municipal Inversionista de la Vivienda (UMIV) le pagó a la ECOAI 1 sin comprobar lo que pagaba. La ECOAI 1 cobró sin merecer lo que cobraba. A la casa le faltaban la terminación del patio de servicio, baño, las instalaciones eléctricas, el salpicado, repello y fino exteriores y la confección de los registros sanitarios. Tampoco la «flamante» tenía acometida hidráulica ni sanitaria, meseta de la cocina, pintura y otros detalles. Y no se habían eliminado las filtraciones en la placa.
Cuando escribió, Petra llevaba tres meses en la vivienda, sin siquiera poder hacer sus necesidades fisiológicas, para graficar con un ejemplo elocuente. La ECOAI 1 aducía que era la UMIV quien debía gestionar la acometida sanitaria con Acueducto y Alcantarillado. Y Vivienda, que era la ECOAI 1. Lavándose las manos, como Poncio Pilatos; sin lavar las culpas. Y Petra sufriendo.
Ahora responde Roberto Menéndez, vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal (CAM) que se constituyó la consabida comisión para investigar los hechos, presidida por él e integrada por directivos de la UMIV, la Dirección Municipal de la Vivienda y la Empresa constructora, las propias entidades implicadas en el suceso.
Se constató, dice, que estaban pendientes de cumplir el repello y fino exterior, la impermeabilización de sala y cocina, la instalación hidrosanitaria (conexión a la red), la conclusión de la meseta de la cocina, el baño (latiguillo) y la instalación hidráulica del patio de servicio.
Menéndez lo califica como «una violación del proceso inversionista y el contrato entre ambas partes (inversionista y constructor), incumpliéndose lo acordado en el programa de recuperación de las afectaciones de los huracanes, por donde transitó la obra».
La vivienda, apunta, se nominalizó a la ECOAI 1 en el 2010. Ese año se iniciaron los trabajos, y la dieron por concluida el 29 de diciembre de 2011, por la parte constructora: Danilo Borrego, y como inversionista de la UMIV: Zeida Mesa. Pero la propietaria del inmueble no firmó el acta de conformidad, ni otro documento similar que certificara lo anterior.
Apunta Menéndez que «por lo anterior, se adoptó la decisión de concluir de inmediato los trabajos pendientes, asumiendo el constructor esa responsabilidad». Y agrega que se aplicaron a los responsables de las violaciones las siguientes medidas disciplinarias:
Señalamiento crítico a Waldo Fuentes, vicedirector del Grupo Empresarial, en la Comisión de Cuadros; amonestación en asamblea de trabajadores a Danilo Borrego, jefe técnico de la Unidad Empresarial de Base (UEB) ECOAI 1; amonestación ante el Consejo de Dirección a Teodoro Martínez, jefe de la UEB; amonestación privada en el Consejo de Dirección a Juan A. Hernández, director de Producción de la ECOAI 1; y amonestación pública en el Consejo de Dirección del Grupo a Francisco Ismael Valdés, director de la Empresa ECOAI 1.
Añade que por la UMIV los responsables fueron Arlet Rodríguez (subdirectora de Inversiones) y Zeida Mesa (inversionista), ambas separadas de la entidad con anterioridad, por incumplimientos en sus funciones.
Concluye informando que se han dado indicaciones precisas a la UMIV de reportar las acciones de control en el seguimiento y calidad en la terminación de las viviendas.
¿Habrá que crear algún día «una comisión» para enjuiciar respuestas de este tipo, que no profundizan en lo denunciado? Lo que sufrió Petra, primero por las violaciones e indisciplinas, y luego por la indiferencia y el peloteo, no lo compensa un listado de amonestaciones, luego de que la historia es revelada por la prensa. De no haberse reflejado la queja de Petra, ¿hubiera sucedido algo?
¿Por qué la irresponsabilidad y el descontrol con algo tan sensible como la vivienda de un damnificado? «Las acciones de control en el seguimiento y la calidad en la terminación de las viviendas», ¿hay que indicarlas a estas alturas?