Acuse de recibo
«Cinco kilómetros». Así titulamos, el 27 de octubre pasado, el caso de los profesores pinareños Dayán Meléndez Acosta y Daniel Morejón Fernández. Estos docentes del Politécnico de Informática provincial, atraviesan mil peripecias a diario para alcanzar en las mañanas el recorrido de educadores San Juan y Martínez-Pinar del Río y para llegar a sus casas, después de que el mismo ómnibus los deja, al finalizar el día.
Dayán vive en la Cooperativa Isidro de Armas No. 80, y Daniel, en el kilómetro 4 de la carretera Panamericana, Reparto Campo Hermoso, finca La Yaya; ambos territorios rurales del territorio sanjuanero, a unos cinco kilómetros de la cabecera municipal.
El reclamo de los remitentes —planteado anteriormente en su centro de trabajo— era que el transporte se extendiera un poco más para acercarlos a sus viviendas.
A propósito escribe a esta columna Ángel López Mirabal, director de Educación en la provincia de Pinar del Río. Refiere Ángel que ya se había analizado por la Dirección que él encabeza el caso de los profesores y se les había comunicado, a ellos y a la escuela, «la imposibilidad de alargamiento del recorrido porque, junto con otros cientos de casos semejantes, constituiría una erogación de combustible del cual no se dispone».
No obstante, se efectuó una segunda reunión con los jóvenes y la dirección del centro escolar; se les volvió a explicar por qué no se puede acceder, por el momento, a su solicitud, y se les ofrecieron algunas alternativas; como por ejemplo, seguir ejerciendo su profesión en el municipio de residencia.
Pero los remitentes —docentes de prestigio y buenos resultados— decidieron permanecer en la escuela que los formó, aunque tengan que continuar poniendo una dosis extra de empeño.
Agradecemos al Director Provincial su respuesta y esperamos que, en cuanto se pueda, se ayude a estos muchachos y a otros que estén en su misma situación. Ningún esfuerzo o recurso es suficiente para viabilizar el trabajo de los maestros cubanos. De ellos depende todo.
Las inundaciones que desde hace 15 años afectan el tramo de la calle Prolongación de la Independencia, desde B hasta D, en el Reparto Virginia, de Santa Clara, eran el motivo de la carta que publicamos el 16 de agosto último. En la misiva, el villaclareño Armando Amores Flores denunciaba las múltiples obstrucciones que —en un tramo de 200 metros— provocaban incómodas lagunas para vecinos de los tres CDR comprendidos.
Apuntaba el lector que los residentes del sitio habían emprendido, por su cuenta, zanjas y muros para contener la penetración de las aguas en sus hogares. Pero los daños abarcaban desde dificultades peatonales y afectaciones al soterrado telefónico hasta fetidez por el arrastre de excrementos del zoológico cercano.
Al respecto responde Julio F. Rivero Calderón, director general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villa Clara (EAAVC). Explica Julio que el caso fue analizado por los compañeros de la Delegación de Recursos Hidráulicos y de la EAAVC. Se comprobó que, desde hace años, «el drenaje pluvial no existe debido a diferentes entidades que progresivamente fueron obstruyendo la circulación natural de las aguas en la zona; entre ellos: Tienda La Riviera, Corporación CIMEX, Empresa Provincial de Apoyo a los Servicios, Empresa de Calderas y Empresa Municipal MINAGRI».
Y aclara el directivo que la solución del problema solo puede derivarse del compromiso y la participación de estas instituciones que «ilegalmente, sin previa consulta con la EAAVC, obstruyeron el sistema de desagüe».
Agradecemos la respuesta del dirigente villaclareño, pero nos queda una duda. ¿No existen formas legales que permitan a los vecinos, al gobierno local que los representa o a la propia EAAVC demandar a las entidades infractoras y que estas, bajo presión jurídica, reparen el daño ocasionado? Lo decimos porque, lamentablemente, la vindicación no debe quedar solo sujeta a la conciencia de quien delinque.
En las líneas finales de 2009, ratificamos lo que constituye santo y seña de esta columna: el diálogo edificante en pro del bienestar colectivo. Entre complicaciones, gratitudes, incertidumbres y anhelos, daremos Acuse de recibo en el 2010 a cuantas voces lleguen, desde cualquier sitio de Cuba, para seguir erigiendo la democracia socialista.