Acuse de recibo
El reciente conflicto laboral en la Agencia Deltha de Seguridad en Las Tunas, alerta de que cuando una administración se sobrepasa en atribuciones, la sección sindical no puede escabullirse como contrapartida.
El 8 de noviembre reflejé la queja de Juan Ramón Gamboa, agente de seguridad y protección de Deltha: el 20 de febrero faltó a una reunión sindical, pues asistía al sepelio de un familiar. Y el subdirector mandó a descontarle el diez por ciento de la estimulación, tanto en CUP como en CUC, al igual que al resto de los ausentes. Lo hizo basándose en que ese pago, según el reglamento, puede afectarse por el incumplimiento de tareas; pero el documento no especifica cuáles son las invalidantes.
Gamboa señalaba que acudió al director, quien le dijo que no tenía derecho. Reclamó al Órgano de Justicia Laboral de Base (OJLB), y la vista de este, según él, era dirigida por el subdirector, porque el presidente del Órgano y el secretario no hablaban apenas. El OJLB ratificó la medida.
Más allá de dinero, para él es impropio que la administración suplante en funciones a la sección sindical. También refería que allí se le había cambiado el nombre a la reunión sindical por reunión de la administración con los trabajadores.
Al respecto, responde Juan Carlos Consuegra, director general de Deltha Seguridad, que la penalización de la estimulación fue improcedente, pues la administración no puede sancionar alegando causas que no son de su competencia. Hay que reintegrarles el dinero a los trabajadores afectados.
Reconoce también que «los reglamentos para el otorgamiento de la estimulación, tanto en CUP como en CUC, dejan una laguna, al no especificar qué tareas pueden lacerar el derecho parcial o total a la estimulación; tema en el que ya se está trabajando, para que quede bien especificado».
Sí asegura que la vista fue dirigida por el presidente del OJLB, y en ella el secretario también dio sus opiniones. Y señala que en las asambleas sindicales la administración no suplanta el papel de la sección sindical, ni cambió el nombre de la misma; «aunque es cierto que el director de la agencia a veces se excede en el tiempo de sus intervenciones».
Esto, afirma, pudo haber llevado a confusión a algunos trabajadores. Se criticó al director de Las Tunas, y al compañero de la sección sindical, por no haber jugado eficientemente su papel… y ambos lo reconocieron.
Concluye el Director General de Deltha que un hecho así pudo suceder por la falta de atención metodológica desde los puntos tanto internos como externos de la agencia. «Lejos de molestarnos que haya hecho público el hecho, nos permitió hacer una revisión general con vistas a lograr un funcionamiento más integral de nuestra empresa».
También respondió Arturo Rodríguez, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Metalúrgicos, quien personalmente investigó el suceso y comprobó la veracidad de muchas irregularidades planteadas por Gamboa, por lo cual se orientó restituir los derechos conculcados.
«Es evidente —afirma— que se presentaron deficiencias en el funcionamiento sindical, y que esa organización de base no jugó el papel que le correspondía como representante de los trabajadores y contrapartida de lo mal hecho. Faltó, además, comunicación y vinculación de las instancias municipal y provincial del Sindicato, e información a nuestra dirección nacional».
Precisa que hoy hacen una revisión de las estructuras sindicales de esas agencias para hacerlas más funcionales. Han orientado una atención diferenciada a las mismas, y una profundización en lo concerniente a reglamentos y sistemas, convenios colectivos de trabajo y Órganos de Justicia Laboral de Base. También el caso fue objeto de análisis en el Secretariado Nacional del Sindicato. «Necesitamos que nuestras estructuras funcionen adecuadamente, que se hagan respetar, que tengan autoridad ganada, que atiendan las preocupaciones y planteamientos, y representen a sus trabajadores», concluye.