Acuse de recibo
El pasado 7 de agosto, con título Desubicada, revelé la queja de Bárbara Soler, del municipio capitalino de Playa, sobre la ubicación de su hija Rachel Sánchez Soler.
Refería ella que a Rachel, egresada del Instituto Politécnico de Servicios Playa Girón, en la especialidad de Comercio, la ubicaron a cumplir su Servicio Social en la Unión del Papel, lo cual nada tenía que ver con lo estudiado.
Se presentó con Rachel en la Unión del Papel, contaba, y las trataron bien; pero las veían como «bichos raros». No entendían que un técnico en Comercio fuera ubicado en una plaza de Informática y Contabilidad. Al indagar sobre un cambio, le dijeron que era imposible: Rachel debía cumplir su servicio social allí. Le rogaron que no se preocupara: iban a atender y preparar a la joven.
En su carta, Bárbara hacía preguntas que reseñé: ¿Por qué? ¿Para qué graduamos de una especialidad si no garantizamos la correcta ubicación? ¿Debe perder dos años desvinculada de su perfil por motivos ajenos a ella? ¿Quién garantiza que después de dos años pueda reinsertarse en trabajos afines a su perfil? Y a la queja, agregué este breve comentario: «Es seria la inquietud de esa madre. No es la primera vez que se revelan irregularidades en la ubicación de los técnicos de nivel medio, amén de ciertas incongruencias de los planes de estudio con las necesidades reales del país, que luego dejan el sabor de la frustración». Esto último, y la afirmación con que abre la historia: «Entre la frustración y la impotencia, escribe Bárbara Soler Llanes...», es lo único de mi autoría.
Ahora responde Odalys González López, directora de Trabajo y Seguridad Social en Ciudad de La Habana, quien aclara que la Unión del Papel sí había solicitado técnicos medio en Comercio, pues los necesita. Por ello no libera a Rachel, la cual «se prepararía en los perfiles de su especialidad, en almacenes y en la actividad de compra, rotando por las diferentes áreas —incluida Computación— pues los procesos de dicha entidad son informatizados».
Asegura que la Unión explicó a madre e hija la disposición de preparar bien a Rachel para su vida laboral, y le garantizó su ubicación una vez concluido el adiestramiento.
Aclara que Rachel no había asistido a la asamblea de ubicación, y su madre tampoco había participado en la asamblea de padres. El interés de Rachel es trabajar en una TRD donde realizó su práctica y donde no la solicitaron. «La joven sí está ubicada, solo que no desea cumplir con las regulaciones establecidas en estos temas», subraya.
Reconoce que el proceso de ubicación de más de 13 000 graduados no está exento de errores y problemas, los cuales, en tanto se identifican, se enfrentan de inmediato. Señala que esa enseñanza se viene transformando y ajustando sus matrículas a las necesidades reales de la economía. Y censura el título de «Desubicada» porque, según ella, echa por tierra el esfuerzo que se hace en tal sentido.
Odalys me acusa de «divulgar una información totalmente alejada de la verdad», «sin fundamentos», a la cual, según ella, incorporé calificativos de mi autoría, que «la madre negó haber expresado».
Que agradezca a Odalys su esclarecimiento no obvia que aclare ciertos puntos: una palabra no echa por tierra un esfuerzo, si es enorme como ella plantea. La titulación juega con sugerir. Lo que quise decir es: Está ubicada, pero se siente «desubicada», en otro sentido. No lo inventé, lo trasunta la carta.
De la acusación de falsía: como hacemos con todo lector, confiamos entonces en Bárbara, quien luego se retractó de sus palabras. En su carta, que conservamos, ella dijo mucho más, que no reseñamos para ir a los asuntos y no enredarnos en bretes de poca monta. Los elementos interpretativos con que asumí el caso forman parte de las normas y el estilo de la sección, dada esa confianza depositada en el lector; confianza que no nos impide reconocer luego de los esclarecimientos institucionales, cuándo el quejoso no dice toda la verdad, o se retracta de lo que dice.
En cuanto a la reflexión hecha sobre irregularidades en la ubicación de los egresados, ¿no responde a la realidad? En esta sección hemos tenido pruebas de esas incongruencias, y se han reflejado respuestas de Trabajo y Seguridad Social a distintos niveles, sin tanta molestia ni irritación. Al final, lo más sano es el esclarecimiento público y la verdad. Eso no lo echa por tierra nada.