Acuse de recibo
Para el verano de 2008, se recuperarán los servicios a visitantes nacionales en Playa Ancón, asegura Ramón Naranjo, presidente del Gobierno municipal de Trinidad, en Sancti Spíritus, al responder las inquietudes vertidas aquí por el lector Fidel Ferrer, el pasado 3 de octubre de 2007.
Ferrer, residente en esa ciudad, revelaba el actual abandono de las infraestructuras que dan servicio a veraneantes nacionales en Playa Ancón: carretera tragada por la maleza, el campismo, el salón de las taquillas y el restaurante destruidos; y el área de playa desatendida. Todo ello, en franco contraste con los espacios del turismo internacional.
Al respecto, reconoce Naranjo «lo incorrecto que resultó haber dejado perder las instalaciones que estaban creadas para el disfrute de la población». Y, acto seguido, acota que «el desarrollo turístico planificado en esta zona, y concebido en un gran plan director, aprobado por Planificación Física, en el que se encuentra parcelada toda el área con la definición de las instalaciones hoteleras, extrahoteleras y de servicio público que serían construidas a corto, mediano y largo plazos, son las razones por las cuales se limitó el acondicionamiento de la infraestructura actual en Playa Ancón».
Precisa que las antiguas taquillas se transfirieron al MICONS, como facilidad temporal para hospedaje de los constructores del proceso inversionista que aún se desarrolla allí. Y a ello, agrega la afectación provocada por los huracanes Michel y Dennis en el ecosistema e instalaciones de la zona costera.
Aún así, anuncia que se ha dispuesto la rehabilitación de las playas Ancón y La Boca para el verano de 2008, en función del disfrute de la población: bebederos de agua potable y duchas, sombrillas rústicas, reparación de viales, acondicionamiento del restaurante Ancón, limpieza y mantenimiento de áreas verdes, son algunas de las acciones.
Una vez más se revela que, aun cuando el turismo es esencialmente estratégico para el desarrollo económico del país, no pueden soslayarse tanto, a extremos ofensivos, los intereses recreativos de los cubanos, que son quienes sostienen esta nación y su atractivo para el visitante foráneo.
La segunda carta la envía Leonardo Álvarez, director de la Empresa Provincial de Comercio, Gastronomía y Servicios de Villa Clara, quien reconoce que esa entidad afectó la casa de Mabel Valdés, en Ranchuelo; y se compromete a dar respuesta a esa situación antes del 31 de diciembre del presente año.
El pasado 30 de agosto reflejé la queja de Mabel, residente en Calixto García No. 45, Ranchuelo: una pared separaba su casa de un taller de esa entidad, demolido en el 2000. Y dejaron allí escombros, hierros oxidados y madera, que humedecieron la pared, hasta la pudrición. Resultado: la casa se estaba cayendo desde la sala hasta el baño.
Mabel hizo gestiones en el territorio y la respuesta era que no había recursos. Solo le habían arreglado la pared del baño, y ella reclamaba en los gobiernos municipal y provincial, sin resultado alguno.
Aclara ahora Álvarez que al demolerse el local, quedó al descubierto la pared intermedia que separaba a la vivienda del mismo. Entonces, la empresa ejecutó una reparación menor a la casa de Mabel: la sustitución de la madera.
Luego, el solar donde estuvo el local, fue otorgado a un ciudadano, para construir su casa. Y, según Álvarez, entonces no se le exigió que ejecutara su obra con las mismas características del inmueble desaparecido. Así, continuó deteriorándose ese lateral de la casa de Mabel.
Señala Álvarez que en marzo de 2007 se personaron allí para valorar las afectaciones y se comprometieron a reparar el daño. El 11 de diciembre, cuando me escribió, se encontraban «en fase de demanda los recursos necesarios para la obra, entregándosele parte de ellos. Ya en estos momentos solo nos restan los elementos de la pared. En visitas reiteradas a la compañera, se le ha mostrado todo el apoyo y colaboración, así como el reconocimiento de nuestra responsabilidad en el caso. A pesar de la envergadura de la obra y la limitación de recursos que presentamos, existe en nuestro Consejo de Dirección la voluntad de dar respuesta a esta situación antes del 31 de diciembre».