BEIJING.— Autoridades del Ministerio de Protección del Medio Ambiente en China buscan mejorar la calidad del aire en la capital del país, un proceso complejo que llevará largo tiempo, destaca PL.
Wan Bentai, ingeniero jefe de ese organismo, explicó que para reducir la contaminación en Beijing es necesario eliminar el uso de carbón en la generación eléctrica, la calefacción y en industrias, evitar las emisiones de los autos y controlar más las construcciones.
En un encuentro en la sede de la Asociación de Periodistas de China en esta capital, Wan ofreció una panorámica del medio ambiente en la gran ciudad y recordó que países desarrollados que pasaron idéntica situación requirieron unos 30 años para solucionarla.
A preguntas de los periodistas, el funcionario respondió que para el control de las emisiones de los vehículos es necesario velar por la calidad del combustible y el respeto de las velocidades máximas, ya que los autos que traspasan esa frontera producen cinco veces más contaminantes.
Referente a las construcciones, puntualizó que en Beijing en la actualidad existe un área de edificaciones de 200 millones de metros cuadrados y es imprescindible mantener la supervisión para que se respete el control del polvo.
Sobre las partículas PM2,5, las más pequeñas y perjudiciales para la salud humana, Wan señaló que el 30 por ciento son responsabilidad de la quema de carbón y que se realizan esfuerzos para la sustitución paulatina de ese combustible y el traslado a otras zonas de fábricas que lo usan.
A todas estas fuentes generadoras de contaminantes, el Ingeniero Jefe añadió las que generan las cocinas domésticas y el deambular de los habitantes en una ciudad poblada por 20 millones de personas.
En su opinión, la nube tóxica que ha padecido Beijing en los últimos meses ha sido causada por una mezcla de los elementos de polución con adversas condiciones climáticas.
Wan dijo que para realizar el sueño chino hay que conseguir un balance entre la naturaleza y el hombre, y proteger los recursos naturales con un cambio en la forma de vivir, en los patrones de consumo y en la producción.
Recordó que China se encuentra en la primera fase del desarrollo socialista y necesita avanzar en sus planes de forma que se preserve el entorno y que se pueda conseguir la mejoría de los niveles de vida de la población de forma razonable, sin destruir los recursos.