Entre niños pocas veces la tristeza encuentra sitio, ni siquiera en la sala de un hospital, donde ni pacientes ni acompañantes quisieran estar. Pero cuando los enfermos y sus familiares cuentan con la oportunidad de recobrar la salud en un centro considerado referencia nacional de la Cardiología y de la Cirugía Cardiovascular Pediátrica, las sonrisas logran aparecer ante la cámara.
Así lo pudimos constatar durante una visita a una de las salas posoperatorias del Cardiocentro Pediátrico William Soler de La Habana, una institución inaugurada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz el 25 de agosto de 1986 y donde hoy en día, niños de todo el país, recuperan la esperanza.