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Durante la semana que recién terminó se supo que los atletas del alto rendimiento cubano no regresarían a sus entrenamientos habituales en el mes de agosto, como consecuencia del retroceso que ha sufrido La Habana en su enfrentamiento a la pandemia del nuevo coronavirus.
Este nuevo «frenazo» involuntario significará que la mayoría de nuestros campeones deban continuar con su preparación desde la distancia, da igual si viven en la capital del país o en otra provincia del archipiélago.
Según trascendió en la nota de prensa difundida por el Inder el pasado lunes 10 de agosto, se optará por darle acceso a los integrantes de las preselecciones nacionales a los centros deportivos que tengan a su disposición en sus respectivos territorios.
A pesar de que la COVID-19 ha sido posiblemente uno de los peores rivales que ha enfrentado alguna vez nuestro sistema deportivo, lo cierto es que, contratiempos aparte, el «tren» se las ha arreglado para no detener su marcha.
Mientras la mayor parte de nuestros campeones entrenan en sus casas o en sitios cercanos con condiciones más o menos óptimas, unos cuantos han podido competir gracias a la tecnología.
Entre los privilegiados con la posibilidad de vencer —al menos en parte— los obstáculos pandémicos están los del taekwondo, quienes pudieron participar en varios torneos de poomsae, variante de esa disciplina que consiste en una serie de coreografías de combate contra rivales imaginarios.
De todos ellos destacó Darío Navarro, quien a lo largo del período de confinamiento se ubicó quinto en el Abierto Europeo y ganó el Desafío Virtual organizado por Centro de Taekwondo Social de la urbe argentina de San Luis.
Los ajedrecistas son otros que han vencido los contratiempos para organizar diferentes torneos a nivel nacional y también sumarse a eventos de categoría internacional.
En estos meses han tenido lugar en la Mayor de las Antillas varios certámenes, entre los que se incluyen el nacional por equipos, la Cuban Online Chess y la Copa de Ajedrez María Teresa Mora. Además, los trebejistas del archipiélago han podido ser parte del Campeonato Iberoamericano y pronto comenzarán su participación en la Olimpiada Mundial, la competencia no individual más fuerte del planeta.
Tal vez en el futuro cercano se sumen más atletas y deportes a estas convocatorias alternativas, mediante las cuales es posible vencer a la inactividad y a la vez mantener la inercia necesaria para seguir en movimiento.
