El entrenamiento de cara al Mundial ha sido intenso cada día. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 21/09/2017 | 07:03 pm
París recibirá a partir de este lunes día 21, y hasta el próximo sábado 26, a atletas de todo el orbe, quienes asistirán a la Ciudad Luz con un solo objetivo: hacerse con uno de los títulos en disputa durante la 68va. edición del Campeonato Mundial de Lucha.
La delegación cubana incluirá un total de diez participantes, repartidos en cinco por cada una de las modalidades. En la libre el equipo está conformado por hombres de experiencia, como es el caso de Yowlis Bonne (57 kg), Alejandro Valdés (65), Liván López (74), Yunieski Torreblanca (86), Reineris Salas y Julio Mendieta, los dos últimos en 97 kilos.
Sin embargo, para este 2017, por sus características conocido como «año bye», debido a que se trata del siguiente a los Juegos Olímpicos y por tanto significa un reinicio del ciclo, los entrenadores de la lucha greco tomaron la decisión de enviar un quinteto de jóvenes figuras, en aras de que se fogueen y demuestren su valía en torneos de alto nivel.
Raúl Trujillo, jefe de entrenadores de ese estilo, explicó a JR que por decisión estratégica no irán al campeonato ninguno de los medallistas olímpicos, como es el caso de Ismael Borrero, Yasmany Lugo y Mijaín López.
«Se trata de una decisión que se tomó, primero, para darles descanso a nuestras principales figuras, y segundo, para probar en el calor de la competencia a algunos jóvenes prospectos que no han tenido suficientes topes internacionales», refirió en exclusiva a nuestro diario.
Los más experimentados del plantel, Miguel Martínez y Yurisander Hernández, de los 66 y 75 kilogramos respectivamente, ya cuentan con una participación bajo los Cinco Aros, tras intervenir en Río 2016.
Al ser interrogados sobre la asistencia de un equipo (casi) novel a semejante encuentro, las opiniones de ellos coinciden en que se trata de una gran oportunidad, que a la vez coloca sobre ellos cierta presión.
«Entre todos hemos hablado mucho sobre el tema, primero que todo porque somos una selección inesperada, pues no somos el equipo que la gente hubiera pensado de antemano, y eso a veces es motivo de preocupación, además de la fortaleza del torneo, aunque haya quienes piensen que es un año “muerto”», opina el pinareño Hernández.
Miguel, oriundo de Santiago de Cuba y con experiencia mundialista en Las Vegas 2015, cree que ante la ausencia de hombres como Mijaín, Lugo, y Borrero, el equipo tiene una gran responsabilidad.
Oscar Pino (de frente), sustituirá esta vez a Mijaín. Foto: Abel Rojas Barallobre
«Somos todos jóvenes y con poca experiencia competitiva, pero esperamos buenos resultados. Creo que aunque nos falta un poco de tope, estamos listos para darlo todo sobre el colchón».
Para el capitalino Daniel Gregorich, debutante en los 86 kilos, si bien la preparación está enfocada ahora mismo en el Mundial, la mira está puesta un poco más allá, específicamente en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
«Estamos haciendo un trabajo fuerte, y creo que aunque todos los mundialistas en este año somos jóvenes, podemos traer un buen resultado. Entre todos existe mucho ánimo y buenas sensaciones de cara al Mundial. Ya la competencia dirá la última palabra» declaró a JR.
Sin dudas las miradas se centrarán en el encargado de suplir la —temporal— ausencia del tricampeón, y Gloria olímpica Mijaín López, en la división de mayor peso.
Se trata de la «montaña» habanera Oscar Pino, quien confiesa que a pesar de tener ante sí un reto mayúsculo, siente gran orgullo de poder asumir esta vez el puesto de uno de los mejores deportistas de la Isla.
«Para mí entrenar con él (Mijaín) es ya de por sí algo especial. Es un referente, y a su lado he aprendido mucho. Creo que si he podido aguantar con él algunos minutos de combate, me parece que tengo parte del trabajo hecho»
Algo parecido ocurre con Reinier Pablo Díaz, compañero de Lugo, «plateado» en Río en el apartado de los 98 kilos.
«Sustituirlo en esta ocasión es, más que una presión, una forma de darme ánimo. Lugo es un gran luchador, y eso me motiva para intentar llegar a obtener resultados que estén a la misma altura que él».
Ya de cara al combate, Díaz tiene el método de ir paso a paso, sin pensar en el rival que vendrá después. Dice que así no se crea una presión innecesaria.
Yurisander cuenta que casi todos hacen igual. La noche antes intentan no pensar mucho en el dichoso combate, y mucho menos en los contrincantes.
«No me gusta irme a dormir y saber contra quién voy, costumbre que tenemos varios de nosotros. Prefiero que al levantarme el “profe” me diga el rival, y a partir de ahí es hacia delante todo».
Fuera de la competencia, todos ellos tienen sus formas de relajarse. Siempre pasar tiempo con la familia en la casa, o irse a la playa resultan formas agradables de sacarse la tensión pre y poscompetitiva.
No obstante, según cuenta Reinier Pablo, incluso durante los entrenamientos hallan tiempo para practicar otra de sus pasiones: el baloncesto.
«Tenemos una liga armada aquí entre todos los integrantes del equipo nacional. A veces jugamos aquí en nuestra área, y otras en el gimnasio de basket».
Menos de 48 horas quedan para que los muchachos de Trujillo rompan el hielo en la AccorHotels Arena de la capital francesa. La meta es dura, aunque las ganas y el empeño, luego del largo entrenamiento, se presentan como el aliciente fundamental. Mientras tanto, aquí esperaremos la sorpresa.