Los pinareños han firmado una histórica remontada. Autor: Ricardo López Hevia Publicado: 21/09/2017 | 06:30 pm
CIEGO DE ÁVILA.— Todo estaba listo en esta ciudad para la fiesta. En el graderío, el cruce de coros hacía presagiar un entretenido duelo, en el que ambos elencos partían con su mejor carta sobre la mesa. Pero si un día antes la lluvia había postergado la posible consagración, esta vez fue la garra del equipo visitante lo que diluyó las celebraciones. Pinar del Río construyó el milagro de equilibrar una final que parecía con dueño, porque no será hasta hoy que conoceremos su nombre.
Por lógica, el aguacero del viernes favorecía a los Tigres avileños, cuyo alto mando no lo pensó dos veces para cambiar los planes. «Cualquier mánager, en cualquier liga, estaría satisfecho por tener a su principal lanzador con cinco días de descanso, disponible para un sexto juego de play off, en su propio estadio. Lamentablemente nos falló el pitcheo abridor», dijo con absoluta convicción el mánager Roger Machado al concluir el partido, y sus palabras iban cargadas de razón.
Un día más de inactividad ponía al derecho Vladimir García como la elección ideal, pero otra vez el líder de la rotación local se quedó con la bala en la recámara. Su ciclo vital sobre la lomita comenzó y terminó en las muñecas del refuerzo villaclareño Lázaro Ramírez, quien le recibió con línea incapturables a la pradera izquierda y le despidió con solitario vuelacercas en la segunda entrada, copia al calco del que le firmó el pasado lunes en el Capitán San Luis.
Entre ambas conexiones hubo argumentos suficientes para saber que el abridor local estaba lejos de la forma que le llevó a ganar dos veces en esta postemporada. Los primeros fueron los boletos a Donal Duarte y William Saavedra que llenaron la bases, después el cañonazo al derecho de Yosvani Alarcón que empujó las dos primeras carreras del juego, y por último, el cuadrangular de su hermano Yordanis que redondeó el temprano ramillete de cinco, que a la postre fueron suficientes para acariciar el trofeo.
Con esa ventaja, el derecho Yosvani Torres se sintió como Veguero en plena cosecha. Control, velocidad y variedad fueron sus herramientas fundamentales, y con ellas construyó el carril por el que transitó sin mayores complicaciones durante siete capítulos completos para apuntarse el triunfo en tan importante juego.
El único desliz le costó un largo batazo del inicialista Guillermo Avilés que coqueteó con la línea imaginaria antes de perderse, por zona buena, tras el muro del jardín derecho. Otros dos errores consecutivos —estos tangibles— de sus compañeros a la defensa, subieron al pizarrón otras dos carreras que fueron a su cuenta, pero más sucias que el agua que corre por las alcantarillas.
Del resto se encargó el zurdo Liván Moinelo con otro efectivo relevo, su tercer rescate entre semifinal y final, y el 17 en toda la campaña. Igual de notable fue la actuación de Israel Sánchez durante siete innings, hasta que en la novena entrada un doble del sustituto Denis Laza propulsó la carrera que apuntaló el éxito de los aguerridos pinareños.
Con el último out, todos saltaron al terreno para celebrar la hazaña, y el sector más verde de la grada arreció la conga. «Vinimos a ganar los dos juegos aquí, y ya tenemos el primero de nuestro lado. Pocos creían que podíamos recuperarnos después de las tres derrotas y aquí estamos luchando. Nadie en el equipo se dio por vencido y por eso estamos aquí», dijo eufórico Saavedra en medio del jolgorio.
El desenlace terminó de sepultar los pronósticos basados en la lógica. Los dirigidos por Jorge Ricardo Gallardo, con la vuelta dada a una serie que comenzaron perdiendo los tres primeros desafíos, siguen haciendo historia. De ganar el séptimo pulso se convertirán además en el primer elenco que se corona ganando los últimos cuatro partidos del cruce definitorio.
Esta será la vez número 23 que una final llega hasta el límite, y según la historia, en solo siete de ellas el equipo que perdió el sexto desafío terminó instalado en el trono.
Para los Tigres avileños, retener el cetro se ha convertido en una misión complicada, aunque su estratega confirmara que la autoestima de sus muchachos no ha caído. «Sabíamos que enfrentamos a un equipo de calidad y que nunca se da por vencido. Ahora estamos en igualdad de condiciones, y el terreno dirá la última palabra», dijo Roger, quien no confirmó al abridor del juego que comenzará a las 5:00 p.m. «Estará entre Lázaro Blanco y Dachel Duquesne», adelantó.
Tampoco Gallardo develó su elección, que estaría entre Vladimir Baños y Erlis Casanova. «Lo único que puedo asegurar es que uno de ellos comenzará y el otro lo relevará», añadió el timonel vueltabajero, visiblemente satisfecho por el desempeño de su equipo. Y no es para menos.