Londres dio la bienvenida a Río de Janeiro, donde en 2016 tendrá lugar la XXXI Olimpiada. Autor: Marcelino Vázquez Hernández/AIN Publicado: 21/09/2017 | 05:23 pm
Los Juegos Olímpicos de Londres, alegres y gloriosos, ya son historia. Durante 17 días el mundo entero vibró por las hazañas de hombres y mujeres tras una coronación soñada y para toda la vida.
Londres dijo adiós con la gran fiesta de despedida en el estadio Olímpico en una noche premiada por la dulzura del clima y por un minucioso paseo por la música pop y rock británica, uno de sus referentes culturales, para dejar en las pupilas de los presentes un cúmulo de sensaciones encontradas por el final y el deseo de que prosiga el jolgorio deportivo.
Jornada en la que los momentos cumbres se sucedieron uno tras otros como el de la premiación más impactante de la lid a los ganadores del maratón, el ugandés Stephen Kiprotich, y los kenyanos Abel Kirui y Wilson Kipsang Kipotrich, a cargo de Jacques Rogge, presidente del Olímpico Internacional y Lamine Diack, titular de la Federación Internacional de Atletismo.
O la de los 70 000 voluntarios amables y solícitos, de todas las edades y naciones del mundo en un justo reconocimiento a su contribución porque fueron el alma y el sentir de la justa: «los reales y necesarios héroes de estos juegos», como les llamó Rogge en su discurso de clausura en el que catalogó a Londres 2012 como la más gloriosa y alegre.
En una noche repleta de invocación a la paz y la solidaridad entre los hombres, no podía faltar el exBeatle Jonh Lennon con su canción «Imagine» y su universo de sueños, una entrega patrimonial del autor a la juventud del planeta.
Imágenes de Freddy Mercury, la reaparición de las Spice Girls, reunidas nuevamente para esta ocasión, George Michaels, Rusell Brand, Emily Sande, y las bandas Madnes, Take That y The Who, entre otros «cultures» de la música británica, igualmente deleitaron la última noche de los XXX Juegos Olímpicos.
Más de 10 000 atletas de 204 Comités Olímpicos Nacionales se dieron cita en esta ciudad abierta a la inspiración de una generación tras participar en certámenes clasificatorios seleccionadores de una calidad superior.
Porque precisamente eso fueron los Juegos de Londres, los de la excelencia deportiva con 67 récord para este tipo de competencia, los mayores aportes de la natación y el ciclismo de pista con 23 per cápita y al menos obtuvieron una medalla 85 países, en una clara señal de que el deporte cambia su faz en la tierra.
Con la entrega de la bandera olímpica al alcalde de Rio de Janeiro, Eduardo Paes, por parte de su homólogo londinense Boris Jonson, despegó la nave hacía la sensual ciudad carioca y bastaron solo ocho minutos para que las gradas del estadio Olímpico vibrarán con la rica samba brasileña en la presentación de la futura sede.
La llama olímpica se apagó tras arder en Londres por tercera ocasión, y en la memoria colectiva quedó la hazaña de una ciudad que premió a todos con su encanto y hospitalidad.
La clausura en fotos de Marcelino Vázquez/AIN