Usuain Bolt y Sally Pearson se llevaron el galardón. Autor: AP Publicado: 21/09/2017 | 05:15 pm
Una vez más la expectación previa al veredicto explota en una lluvia contraproducente de críticas, inconformidades y halagos hilvanados por adeptos y detractores tras un polémico fallo. La noticia que traigo no es acerca de un juicio, más bien ronda los predios de la oftalmología, teniendo en cuenta que el Consejo Directivo de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo dictó sentencia —en mi opinión, sumida en una cruda ceguera— y dio a conocer los dos atletas del año en la tradicional Gala de Montecarlo.
Usain, «el Marciano», Bolt consiguió su tercer nombramiento y se convirtió así en el segundo hombre, junto al marroquí Hicham El Guerruj (2001, 2002 y 2003), en levantar en más de dos ocasiones el preciado galardón. Antes, el correcaminos jamaicano había ganado en 2008 y 2009.
Pero al momento de anunciarse la decisión comenzó el cacareo, pues no pocos entendidos —entre los que me incluyo, pero salvándome de la categoría en cuestión— pronosticaban el pavoneo del campeón mundial más joven en la historia del hectómetro.
Con tan solo 21 años y 244 días, el jamaicano Yohan Blake destrozó todos los vaticinios el pasado 28 de agosto al coronarse en los 100 metros planos de la cita cumbre del deporte rey, celebrada en Daegu, Corea del Sur. Claro, su protagonismo estuvo iluminado por la ausencia forzada del hombre más rápido sobre la faz de la tierra, descalificado por desafiar la velocidad del sonido y salir en falso, milésimas de segundo antes del disparo de arrancada.
El error estrujó millones de miocardios y le dejó el camino expedito a Blake. Unas semanas después, el lozano velocista volvió a sorprender hasta a los esquimales al estampar la segunda mejor marca de todos los tiempos en los 200 metros, con 19,26 segundos, apenas siete centésimas por encima de la firma de Bolt en 2009 (19,19).
Las cuentas parecían estar medio parejas, pues ambos alcanzaron dos coronas en la justa universal, pero lo que tal vez inclinó la balanza a favor del plusmarquista del orbe fue su dominio en la II Liga de Diamante, evento en el que se impuso corriendo los 200 metros.
Aun así, muchos opinan que su compañero de equipo y entrenamientos merecía el galardón de la IAAF, y otros estiman que cualquiera pudo haber ganado. El tercer candidato era el keniano David Rudisha, recordista universal de 800 metros, y soberano igualmente en Daegu.
PEARSON CONTRA LOS PRONÓSTICOS
Pero lo que, a mi entender, definitivamente confirmó la falta de visión del jurado fue el veredicto entre las damas, ya que la pelea parecía estar pactada entre dos mujeres. Contradictoriamente, una tercera recibió la gracia del estrado.
Sally Pearson, campeona del orbe en los 100 metros con vallas, se alzó por primera vez con el título de atleta del año. ¿Dónde están los oftalmólogos?
La australiana se impuso a la neozelandesa Valerie Adams, oro mundial en lanzamiento de la bala, y a la keniana Vivian Cheruiyot, matrona del único doblete en la lid sudcoreana al ganar los 5 000 y los 10 000 metros. La africana había sido, además, regente planetaria de cross (carrera a campo traviesa), lo que la convierte en la única persona dueña de tres coronas universales en el atletismo este 2011. Precisamente este aval de «la gacela negra» hizo que la mayoría de los expertos vaticinaran su victoria.
Algunos sostienen que el tremendo crono conseguido por Pearson en la justa más importante del deporte rey (12,28 segundos, cuarto mejor de la historia) ayudó en algo. Sin embargo, Adams también destrozó la marca para la competencia con un balazo de 21,24 metros, logrando el tercer registro más respetable de todos los tiempos. Además, se proclamó monarca de la justa diamantina y dominó el escalafón del año. En tanto, la australiana quedó segunda en la lid con nombre de piedra preciosa.
Nada, al parecer ya es hora de reservarles a los miembros del jurado una cita con los espejuelos. Por supuesto, muchos pueden pensar que el cegato soy yo.