Despega mañana el grupo B. En el partido inaugural Cuba se enfrentará al equipo de SudáfricaMÉXICO.— Aclamados cada día en la cercana ciudad de Puebla por decenas de aficionados, los peloteros cubanos harán hoy su primer entrenamiento —a puertas cerradas— en el estadio Foro Sol, donde mañana despega el grupo B del II Clásico Mundial de Béisbol.
Higinio Vélez, director de la selección criolla, ha insistido respetuosamente ante la prensa internacional en que no cree «en enemigos pequeños», en referencia a su partido inaugural, este domingo, contra Sudáfrica, un país sin tradición en el deporte.
Tampoco el estratega ha adelantado una alineación abridora, pero los 28 jugadores acudieron al terreno en los cinco pleitos amistosos, y sin duda cada lance fue llevado al microscopio.
Del lado de acá del terreno, hay criterios encontrados acerca de quién fungirá como lanzador. Unos suponen que será el veterano Norge Luis Vera, que no trabajó el jueves, en el último pleito contra Pericos; otros creen que deberá hacerlo alguno de los que actuaron en la despedida, ocho en total, con el veloz zurdo Aroldis Chapman como punta de lanza.
Tal vez Cepeda, Céspedes y Martín cubran los jardines, con el orfebre Pestano en la receptoría.
Del cuadro se insinúan como titulares Malleta y Paret, más Yulieski —sin una posición definida—, en tanto la plaza restante quedaría para Michel u Olivera. ¿Y el designado? ¿Muñecas poderosas, como las de Peraza, o un hombre de menor poder, pero más ágil en el ataque?
El domingo sabremos las respuestas, y el posterior choque Australia-México —escuadras que completan esta llave— servirá para avivar las brasas de la polémica. También para comenzar a medir al siguiente rival.
Corea emula con JapónCon su batazo sin fin, que encontró las bases llenas, el jardinero zurdo Jin Young Lee enfiló a Corea del Sur hacia el triunfo sobre Taipei de China, 9-0 en el coliseo Tokyo Dome.
El toletero decretó la expulsión del abridor de Taipei, Chen-Chang Lee, que tiró solo 27 envíos: había dejado su control en casa, pues caminó a tres rivales y golpeó a uno antes de soportar el bambinazo.
Un zurdo abridor, Hyun Jin Ryu, el mismo que venció a Cuba en la final olímpica de Beijing 2008, tiró tres innings sin hit, ponchó a tres y ganó el partido; más tarde hubo otro bambinazo, del camarero Jeong.
Tres días antes del encuentro, Ryu fue informado de que iba a lanzar. «Mi trabajo fue no permitir anotaciones, porque confiaba en que mis compañeros sí iban a pisar la goma», confesó.
«Unas veces se pueden hacer muchas carreras, otras veces no», dijo el piloto sudcoreano, In-Sik Kim, que se había preocupado —durante los partidos de exhibición— por la magra ofensiva de sus hombres.
En cambio, Chih-Hsien Yeh, director de Taipei, lamentó que sus peloteros batearan cinco veces para dobles jugadas, y elogió el trabajo de la artillería zurda rival.
Isao Harimoto, recordista del béisbol japonés, con 3 085 hits, y asesor de la pelota organizada en Corea del Sur, lanzó la primera bola ante 12 704 personas reunidas en el estadio techado, que contrastaron con las 43 428 que asistieron a la inauguración.
Japón y Corea del Sur se medían esta madrugada, en emocionante partido de invictos.