BEIJING.— La flecha atravesó el aire, y su inconfundible zumbido fue seguido por todos, ante la imposibilidad de verla volar con ojos propios hacia la diana. El locutor oficial anunció el 10, y los coreanos pasaron en un instante de la incredulidad a la algarabía.
Kyung-Mo Park, el número tres del ranking mundial, el mismo que ganara el Campeonato Mundial de tiro con arco en 1993 y conquistara el bronce universal ocho años después, llegaba a la semifinal tras derrotar al cubano Juan Carlos Stevens.
Pero el santiaguero cayó con las botas puestas. Su quinto lugar es una proeza histórica, que no necesita de medallas para ser venerada.
En cada vuelo del dardo viajaron muchos años de entrega y sacrificio, la mayoría de ellos huérfanos de las mejores armas y flechas. «Apenas año y medio, antes de los Panamericanos de Río de Janeiro, comencé a utilizar este equipamiento», me dijo poco después del último match, con palabras que mezclaban el orgullo con ese sabor agridulce que queda tras rozar la gloria. Y él sabe que estuvo muy cerca.
Con un «nueve» en el último disparo de la ronda regular habría sobrevivido al embate de los «monstruos». Horas antes, había liquidado con una impresionante seguidilla perfecta en los tres últimos tiros al británico Alan Wills —quinto en el ranking—, quien a su vez dejó en el camino al italiano Marco Galiazzo, campeón en Atenas 2004.
Pero no pudo. Su flecha se clavó en el «ocho», y el coreano aprovechó para igualar el match a 108. La primera flecha de desempate conservó el abrazo, en tanto la segunda estableció la diferencia.
«Estoy satisfecho con el resultado. Tiré muy bien, a veces me sentí presionado, pero pude concentrarme en los momentos decisivos. Mejoré lo conseguido en otras Olimpiadas, pero quería más», declaró.
Y este magnífico resultado es el premio a una constancia a toda prueba. Haber militado durante 16 años en la selección nacional así lo demuestra. «Seguiré tirando flechas», fue su sentencia.
Lo hará por él, por su pueblo, por su familia y por toda la gente que le ha apoyado durante toda su carrera. Así, terminaron las andanzas de este arquero cubano por tan lejanas tierras. No regresa a casa con el premio, pero tampoco frustrado. Aunque no la luzca, Stevens también se lleva su medalla.
Resultados de Juan Carlos Stevens:
Ronda de 32 vs. Calvin Hartley (RSA) 107-107 (9-9 y 10-9); ronda de 16 vs. Alexandru Bodnar (ROU) 108-101; ronda de 8 vs. Alan Wills (GBR) 108-104; ronda de 4 vs. Kyung-Mo Park (KOR) 108-108 (9-9 y 8-10).