Yordanis Despaigne, a la derecha, entre los laureados. Foto: Juan Moreno, enviado especial CARTAGENA DE INDIAS, Colombia.— Nuevamente Cuba reinó en el boxeo de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero lamentablemente no se pudo cerrar a tope el paso de nuestros púgiles por esta ciudad, donde consiguieron ocho de los 11 cetros puestos en disputa.
La actuación perfecta en la velada conclusiva se nos esfumó de las manos, cuando el peso mosca Yoandry Salinas cedió por 6-5 frente al peligroso dominicano Juan Carlos Payano, en un deslucido combate para ambos peleadores.
Se esperaba un duelo reñido entre el campeón nacional cubano y el mejor fajador del equipo quisqueyano, pero todo lo contrario sucedió sobre el encerado del coliseo Bernardo Caraballo, donde primaron los agarres, las constantes caídas, y el deficiente manejo del combate por parte del tercer hombre sobre el cuadrilátero.
No obstante, Salinas quedó en deuda con los desempeños que le abrieron las puertas a la escuadra de lujo, y delató su inexperiencia en el momento de transformar las ansias de victoria en efectividad de golpeo.
Todo lo contrario sucedió en la final de la división ligero welter. En ella, el submonarca olímpico Yudel Jhonson estableció su dominio y se movió con soltura de un lado al otro del ring, sacando el mejor provecho en la riposta frente a Hugo Molinar, de Islas Vírgenes, perdedor por votación de 14-8.
A partir de ese momento no se escuchó más himno que el cubano en la sala que lleva el nombre de una de las grandes glorias del boxeo en este país, cartagenero de nacimiento, y muy querido y respetado en la sede de estos Juegos multideportivos.
Llegaron entonces las alegrías en la categoría mediana, después que un codazo del trinitario Andrew Fermin cortara una de las cejas del medallista mundial Yordanis Despaigne. Afortunadamente, el santiaguero vencía 3-1 cuando el médico detuvo este pleito, cuyo veredicto —por ser de carácter decisivo— favorece por reglamento al peleador que en ese momento tenga ventaja en las papeletas de los jueces.
Minutos después, el capitalino Osmay Acosta selló su estreno en el equipo grande con la corona centrocaribeña en los pesos crucero, con un triunfo de 13-9 frente al venezolano Julio Payares.
Una terrible andanada de golpes en el segundo asalto estuvo a punto de liquidar a Payares, pero el morocho aguantó, intentó luego imponer su mayor alcance, hasta que en el último round el joven pelador cubano lo envió a la lona con un impresionante swing de derecha, su mano de menor potencia.
La otra medalla de oro disputada en la cartelera correspondió al boricua Carlos Velásquez, quien impulsó a la Isla del Encanto hasta la segunda posición del certamen, mientras que los dominicanos, con una faja a su cuenta, completaron el cuadro de naciones ganadoras.
De esta forma, nuestro boxeo llegó a la cifra de 92 títulos regionales, y suma 130 en total, lo que nos ubica, muy por delante de Venezuela y México, al frente del medallero histórico de esta disciplina.