Con solo seis meses de nacida, la pequeña Zyla sigue los pasos de su padre, un esquiador acuático profesional. La bebé, hija de Keith St. Onge, mantuvo el equilibrio sobre los esquíes acuáticos durante más de 200 metros y alcanzó una velocidad de 11 kilómetros por hora. «Tuvimos que pararla», dijo el orgulloso padre. Al parecer la niña heredó las dotes sobre el agua de su progenitor, aunque en tierra firme todavía no camina.