El señor Zhang estaba de viaje con su hijo de cuatro años en Corea del Sur, sin saber que tenía un artista en casa. En un descuido, el niño puso manos a la obra, sobre el pasaporte paterno que, con tantos garabatos quedó inservible. Resultado: las autoridades no le permitían a Zhang regresar a su país; pero se lo tomó con humor, publicó la expresión vanguardista de su primogénito en las redes sociales con este mensaje: «¿Qué se supone que debo hacer ahora que no puedo volver a China? ¿Soluciones? ¿Ayuda?». Cuatros días después pudo volver, con una lección aprendida: nunca más descuidará sus documentos.