Los recién casados Arthur Phillips y Brittany Lurch, de Pensilvania, encontraron muy caro el servicio de alimentación y bebidas para ofrecer su recepción de casamiento, por tanto decidieron… robarlo. Pero la maniobra no les resultó perfecta: una cámara de seguridad del supermercado del que se llevaron todo lo que estimaron necesario para su fiesta, los captó saliendo con el carrito cargado y sin pagar. Los ladronzuelos no pudieron asistir a su fiesta, y por el momento están pasando la luna de miel en la cárcel del condado.