Animada con la idea de homenajear a sus ancestros japoneses, la diseñadora Miya Ando creó el primer kimono a prueba de balas. Para ello, la joven hizo gala de su excelente manejo del acero y la plata, y unió a mano unas 4 000 placas y aros de esos materiales, necesarios para armar esa versión tan inusual de la típica vestimenta nipona. Aunque la prenda resultó ser deslumbrante, a Ando no le quedó más remedio que enviarla a una galería de arte porque hasta el momento no ha encontrado a nadie que esté dispuesto a usar un kimono tan pesado.