La escultura de nieve realizada ante su casa en Nueva Jersey por Elissa, tuvo tanta aceptación que muchos transeúntes se detenían para tomarse una foto. Por eso la familia se sorprendió cuando un policía les dijo que habían sido demandados… por «la obra». Se trataba de un vecino, herido en su pudor por la desnudez de la mujer con que la autora quiso recrear la famosa Venus de Milo. Pero la orden del gendarme fue categórica: o «le ponían» una blusita, o la destruían.