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Una tradición arraigada en el alma de Cuba (+ Fotos)

Las Parrandas de Camajuaní no son una simple festividad popular, son un testimonio vivo de la riqueza cultural de la isla y de su gente.

Autor:

Félix A. Correa Álvarez

Fotos: William Fernández.

En el centro de Cuba, entre la espontaneidad, la calidez y la sencillez de su gente, se encuentra Camajuaní, un pueblo que conserva una de las fiestas más auténticas de la Isla: las Parrandas de barrios.

El pasado 19 de marzo, en el 130 aniversario de esta celebración, los Barrios Santa Teresa (conocidos como Chivos) y San José (apodados Sapos) protagonizaron una disputa parrandera que dejó huella en la memoria de todos los presentes.

Reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, esta festividad enaltece las tradiciones más arraigadas de Cuba. Ambos barrios derrocharon maestría en changüí, fuegos artificiales y esplendorosas, fruto de la creatividad y el ingenio de la comunidad.

Los «Chivos» desfilaron por la Avenida General Casimiro Naya con la imponente carroza Troya, Sangre y fuego, inspirada en los pasajes épicos de la Ilíada y la Odisea. Por otro lado, los «Sapo» presentaron la fascinante carroza Regalo de Dios, dedicada a la legendaria historia de Lady Godiva, un relato medieval que sigue cautivando corazones.

En este día especial, Camajuaní se transformó en un escenario de luz y color, brindando un espectáculo inolvidable que resalta la viveza y el esplendor de una tradición cultural profundamente arraigada en el alma de Cuba.

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