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Quince años corazón adentro (+ Video)

Más de 9 000 colaboradores cubanos han integrado la Misión Cultura Corazón Adentro en tierras bolivarianas. El instructor de arte Yoel Vargas Mora, su asesor metodológico, asegura que esta iniciativa deberá seguir siendo el más hermoso puente salvador desde el arte entre dos pueblos

 

Autor:

Yuniel Labacena Romero

Fue un sueño nacido de la sensibilidad de los comandantes Fidel y Chávez, un puente cultural entre las dos hermanas naciones, forja de talentos y aficiones, un semillero de buenas voluntades y oportunidades, de maneras de hacer por y para el pueblo, un camino necesario para salvar la más genuina tradición y valores frente a la avalancha hegemónica. Surgió en el Poliedro de Caracas pero poco a poco se fue extendiendo por las comunidades más intrincadas de la geografía venezolana.

Esa es la Misión Cultura Corazón Adentro, que este miércoles cumplió 15 años de fundada y desde entonces ha llevado a tierras bolivarianas más de 9 000 colaboradores cubanos del sector, quienes han compartido su arte, talento y amor en los 24 estados del país sudamericano y han enaltecido su extraordinaria cultura, involucrando a la vez a miles de actores sociales comunitarios de esa nación.

Hoy, reducida a 35 instructores, asesores y directivos, pero multiplicada en alternativas y creación, esa fuerza cultural entendió rápidamente la importancia de restaurar, mediante el arte, la calidad de vida de los pobladores, y sigue siendo faro de luz, como nos cuenta el instructor de arte cubano Yoel Vargas Mora, asesor metodológico de la Misión Cultura Corazón Adentro.

«La grandeza de nuestro aporte va más allá de los números. Desde lo espiritual se resignifica en el contexto de una guerra económica que le ha impuesto muchas limitaciones al hermano pueblo», nos dijo vía WhatsApp el joven, quien llegó hace cuatro años a Venezuela «lleno de inquietudes, de incertidumbres…, pero también con ganas de aprender y reaprender haciendo mediante la cultura», y asumió el pasado año la responsabilidad que hoy desempeña.

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—Hablemos de la puesta en práctica de la misión ¿qué esperaban del pueblo venezolano? ¿Cuáles eran los propósitos de los fundadores?

—Lo primero, sin duda, que la población aceptara el hecho de que en este caso los colaboradores vienen —y permanecen— para fortalecer y salvaguardar su cultura popular y tradicional mediante metodologías de trabajo participativo, en el cual los venezolanos de todas las edades desempeñan un papel importantísimo, y no para suplantar su cultura por la cubana, mucho menos para imponerla. Para demostrar y, sobre todo, lograr ese propósito, fue muy importante la autopreparación y superación constantes de nuestro personal a fin de conocer a fondo la cultura venezolana, amplia en todas sus dimensiones, rica en matices, formas y diversa en sus modos de hacerse. Era y es la mejor manera de llegar al corazón del pueblo venezolano.

«Otros propósitos han sido brindar un servicio de calidad desde el compromiso con el pueblo de Bolívar y Chávez, contribuir al perfeccionamiento técnico metodológico de los actores sociales en las comunidades para que asuman un papel protagónico en la transformación social, política, ideológica, el reforzamiento de la identidad nacional y la sostenibilidad de la Revolución Bolivariana».

—Artistas profesionales, trabajadores del sector de la Cultura y, muy especialmente, los instructores de arte, han sido esenciales en tierras bolivarianas…

—Todos hemos formado una gran familia y aportado muchísimo en esta iniciativa, pero los instructores de arte son el alma de la Misión. De sus capacidades, talento y entrega parten los principales resultados. Son ellos los que conviven a diario en los barrios, los que transforman en «milagro el barro», los que beben del arte comunitario y luego entregan mediante la enseñanza esa savia profunda traducida en talleres, en unidades artísticas.

«Son los instructores los que fundan los sueños de miles de niños, jóvenes y adultos, los que apuestan por la práctica de la formación en valores, la formación artística, la formación de públicos, tan importante en el empeño de formar personas capaces de apreciar el arte en todos sus ámbitos». 

—Quince años es, digamos, una edad hermosa, de plena juventud pero, para la Misión qué han representado…

—Si vamos a hablar de aportes tenemos que empezar por las metodologías de trabajo que se han impulsado con el objetivo de que los procesos culturales se desarrollen desde la participación y los saberes colectivos a través de asesorías, preparaciones metodológicas, mesas técnicas, talleres de formación, la creación de unidades artísticas y núcleos colmeneros con la implementación del proyecto infantil Colmenitas Bolivarianas que tantas alegrías ha traído a lo largo y ancho del país. 

Foto: Cortesía del entrevistado

«También tenemos que referirnos a la impartición de talleres de apreciación y creación de todas las manifestaciones artísticas. La implementación de programaciones culturales comunitarias, la realización de investigaciones a partir de experiencias comunitarias realmente significativas han ayudado a transformar las realidades de cada una de las comunidades».

—En medio de la situación que vive el pueblo venezolano, ¿siguen comprendiendo esa certeza?

—Sí. Lo comprenden, lo abrazan y cada vez se suman más a nuestras iniciativas. Estamos hablando de un proyecto que parte de la cultura, esa médula que rige la identidad de cada país y que, por lo tanto, es tan sensible y siempre se le presta mucha atención.

—¿Cómo definirías los diversos públicos venezolanos con los cuales trabajan?

—Si algo he aprendido a lo largo de estos años del pueblo venezolano es que son muy defensores de su cultura, todo su patrimonio e historia. Cuando tienes la oportunidad de visitar sus estados puedes ver las características de su cultura: cómo se baila, se canta, se cocina… por solo mencionarte algunos ejemplos, y esto los hace especiales sobre todo cuando tienes como meta trabajar en pos de fortalecer su idiosincrasia.

«Por otro lado son muy dados al trabajo, a aprender, a crear a partir de la participación total de los comunitarios. Tienen habilidades excepcionales para la realización de manualidades, artesanías, de crear espacios para el disfrute y el esparcimiento que desde la cultura se generan en las comunidades y para estas. Son excelentes comunicadores, no tienen miedo de transmitir ideas, puntos de vistas, criterios. Y eso es perfecto para construir desde las artes un diálogo integrador». 

Cultivar los mejores valores del pueblo venezolano y salvaguardar su cultura e identidad son propósitos de la Misión. Foto: Cortesía del entrevistado

—Ahora mismo, ¿en qué trabaja Cultura Corazón Adentro?

—Nuestra labor hoy está orientada a la creación y/o fortalecimiento de los núcleos colmeneros con la intencionalidad de la labor formativa en valores de los niños y jóvenes, así como en fomentar las relaciones institucionales, organizaciones locales, proyectos y otros, para trabajar de conjunto en las acciones culturales comunitarias.

«También procuramos dinamizar la vida sociocultural de la comunidad mediante actividades culturales y la creación de espacios fijos y/o caracterizados, siendo estos referentes demostrativos del quehacer cultural desde la estimulación y preservación de las tradiciones locales, el calendario de fiestas nacionales y regionales.

«Y siempre le dedicamos atención a la preparación del ente venezolano, sobre todo, para que puedan continuar cada uno de los procesos cuando no estemos aquí. Esa es la más importante misión de nuestra Misión».

Foto: Cortesía del entrevistado

—Entonces, estos 15 años son solo los primeros de una iniciativa que llegó para quedarse…

—La Misión Cultura Corazón Adentro deberá seguir siendo ese punto desde donde se defiendan los valores culturales de Venezuela, desde donde se cree, a partir de procesos formativos y creativos comunitarios, espacios para el pueblo, para el reconocimiento, disfrute y salvaguarda de lo que los identifica. Deberá seguir siendo, sin duda, ese abrazo cultural entre Cuba y Venezuela. Tenemos ese compromiso con sus gestores —Fidel y Chávez—, con los continuadores, con la Revolución y el pueblo bolivariano, pero también con la Patria Grande.

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