Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El fuera de vista

Un fuera de vista tiene actualmente una connotación social mucho más trascendente que lo antes expuesto, aunque no lo parezca

Autor:

Jorge Alberto Piñero (JAPE)

Siempre pensé que alguien fuera de vista estuviera relacionado con una incapacidad visual o quizá con aquella persona cuya vivienda estuviera fuera de los límites que incluyen al conocido barrio de Buena Vista. También pudiera ser algún objeto o proyecto intangible escondido por disímiles razones y que no está al alcance de la visión de cualquier interesado. Esto último ocurre mucho con los viajes otorgados o preconcebidos para las empresas o instituciones donde el verdadero creador nunca «la ve pasar»; pero de ese tema hablaremos en otro momento. Centrémonos ahora en la cuestión «ocular», o sea, en el sistema óptico de la cuestión, para darle un carácter científico al debate.

Un fuera de vista tiene actualmente una connotación social mucho más trascendente que lo antes expuesto, aunque no lo parezca. Es el producto de la aceptación, involuntaria (para unos) y acentuadamente oportunista para muchos, de un modo de vida implantada a golpe y porrazo, como diría un reconocido colega de la transmisión deportiva de la televisión. Pongo un ejemplo:

Hace unos días estaba en una cola (como de costumbre) para comprar boniatos al «módico» precio de 30 pesos la libra y un señor notablemente indignado protestó ante una evidente estafa que había corroborado en la pesa de comprobación. Una antigua báscula supuestamente designada para la protección del cliente, que milagrosamente descubrió al fondo de la instalación y que nadie sabía que existía. El tarimero, con fresca y rozagante cara, se vio obligado a agregar al engañado dos libras de diferencia para completar la compra de media docena. Acto seguido se armó el murmullo y unos jóvenes comentaron: «¡Qué fuera de vista el puro ese, por dos libras de boniato!». «Es un ridículo», agregó una ridícula señora encopetada.

Fue entonces que logré aislar el significado semántico de la frase. Un fuera de vista es alguien atravesado como un miércoles, creador de problemas, entorpecedor del «tranquilo» decursar de nuestro diario acontecer. Es aquel que se pierde y exagera la más «mínima» anomalía que aflore en esta extraña semiótica que conforma la vida del cubano.

Un fuera de vista no es solo quien protesta porque le han robado deliberadamente dos libras de boniato. El fuera de vista está implícito, porque así lo determina la propia sociedad, o al menos la mayoría, en aquella persona que exige su vuelto, aunque solo sean tres pesos; quien señala que el pan, el único pan que nos toca, está mal cocido y bajo de peso, quien denuncia a aquellos que malversan con la propiedad del pueblo.

Fuera de vista es también quien ilusoriamente acude a las autoridades para manifestar que hay descarados vendiendo turnos, colando amigos o abusando de su potestad como organizador o cuando llama al 119 para clamar por ayuda porque su vecino no lo deja dormir con esa música alta a deshoras. Fuera de vista es todo aquel que desde su humilde posición reclama su derecho, que sin dudas salta a la vista. ¡Qué paradoja! Bueno, así pienso yo, y espero que no me tilden de fuera de vista por este acercamiento lingüístico-social.

 

 

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