Las entradas están a la venta en la taquilla del cine-teatro Miramar, en calle 5ta. y 94. Autor: Jean M. Arthaud Publicado: 18/05/2022 | 11:06 pm
«Vine a Comala, porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo», son las primeras palabras de Juan Preciado, con las que se disponía a cumplir la promesa hecha a su madre en el lecho de muerte, en la icónica novela del escritor mexicano Juan Rulfo. La ficción sirvió de inspiración para que la magia de Comala desembarcara, hecha movimiento, en la Mayor de las Antillas de la mano del coreógrafo franco-colombiano Alexi Marimón, como parte del mes de la cultura francesa en Cuba.
El estreno de la pieza Comala, previsto para este 20 de mayo en el Teatro Miramar, mantiene expectante a su creador, luego de meses de ensayos junto a la Compañía Rosario Cárdenas y tras haber cambiado la sede inicial del futuro acontecimiento, el Teatro Martí, debido a los lamentables sucesos del hotel Saratoga que afectó varias zonas del legendario teatro del centro histórico habanero.
Pero lejos de desanimarse, Alexi Marimón y su equipo de trabajo, arropados por la Compañía Rosario Cárdenas, trabajan juntos desde el mes de marzo para hacer realidad una puesta en escena que ya ha sido presentada en escenarios de Colombia y México. En aproximadamente una hora, la pieza pretende envolver al público en una embriagadora dosis de «realismo mágico del cuerpo», como asegura su creador a JR.
Días antes de este estreno acudimos al Centro Nacional de Danza, al encuentro de este joven coreógrafo franco-colombiano, nacido en la ciudad de Cartagena de Indias y cuyos vínculos con Cuba datan del año 2012, cuando cursó una pasantía en el Instituto Superior de Arte (ISA).
Luego fue invitado por el Festival Habana Vieja: ciudad en Movimiento, durante la edición de 2019 y surgió la oportunidad de realizar una experiencia artístico-pedagógica con el apoyo de la Alianza Francesa de Cuba y la escuela elemental de ballet Alejo Carpentier, que devino en dos presentaciones en la Plaza de Armas del centro histórico.
«De esas vivencias surge mi necesidad por traer una obra propia a Cuba. Creo que este país también le devuelve a uno la inspiración y ver las ganas de estos bailarines, independientemente de la técnica, cuenta muchísimo. Cuba siempre sobrepasa mis expectativas y este es el caso. Es un privilegio poder trabajar con la Compañía Rosario Cárdenas, donde el tratamiento artístico es maravilloso», comenta el joven creador, cuya obra se presenta aquí con la colaboración de la Alianza Francesa de la calle Prado y la Embajada del país galo en la nación caribeña.
Alexi Marimón escogió una representación de bailarines de todo el país, durante sus talleres en la Alianza Francesa en marzo.
El coreógrafo cuenta que Comala está compuesta por veinte bailarines provenientes de ciudades como La Habana, Holguín, Guantánamo, Ciego de Ávila, así como tres danzantes colombianos que ya bailaron esta pieza en Colombia y México. Se trata de un «encuentro multicultural que representa un aporte significativo para la obra, porque cada uno viene con su propio movimiento y juntos creamos algo nuevo que nos nutre individualmente», asegura.
Alexi Marimón conoce bien la danza cubana, debido a sus vínculos artísticos y pedagógicos en el archipiélago y confiesa que «ya sabía del gran potencial que poseen los cuerpos de los bailarines cubanos. Siento que responden completamente a lo que se proponen y entregan mucho de ellos, sus conocimientos a partir de sus propias experiencias. No son bailarines que están esperando solamente que yo entregue: ellos también dan. La buena comunicación que hemos generado la verá el público sobre el escenario».
—¿Por qué Comala? ¿Por qué Juan Rulfo?
—¿Y por qué no? Con Pedro Páramo, Juan Rulfo cuenta más que la historia de Juan Preciado en busca de su padre. Vi ese escenario muy parecido a muchas cosas que ocurren en mi tierra natal, Colombia. Siempre he dicho que no me gusta hablar de lo que no me conmueve y en ese sentido el libro tiene que ver con el flagelo del conflicto que vivimos en mi país de origen; el abandono de los hijos por parte de muchos padres es un escenario muy común por múltiples factores: costumbres machistas, falta de educación y, sobre todo, porque Colombia ha vivido por más de 50 años en una guerra interna, donde los hombres son enviados a combatir entre ellos.
«El conflicto colombiano ha dejado muchos niños huérfanos, sufrimiento y me parece que Comala refleja estas ausencias, estos cuerpos que buscan lo que nos hace falta. Es una especie de pueblo fantasma que refleja la muerte, pero también, hasta cierto punto, el amor, la pasión, las ganas y presentar esta pieza en Cuba también me parece oportuno porque se trata de un país que nos ayudó a iniciar el proceso de paz».
El realismo mágico del cuerpo
Alexi Marimón conoció la danza en su natal Cartagena. Allí se formó en una institución conocida como Colegio del Cuerpo, donde recibió una educación franco-colombiana de manos de sus mentores Álvaro Restrepo y Marie France Delieuvin. Luego completaría su formación en Francia, ciudad donde reside actualmente y continúa expandiéndose por los caminos de la danza contemporánea, y asume su manifestación artística también desde el punto de vista social, para ayudar a comunidades vulnerables.
El joven coreógrafo asegura que su referente inmediato es lo cotidiano, «el bailarín que tenemos al frente, el padre que no estuvo, los otros coreógrafos que me han acompañado en esta carrera. Los maestros cubanos son una guía permanente, como Rosario Cárdenas y Noel Bonilla, por solo citar a algunos dentro de una lista que sería imponente, con total seguridad. Me he nutrido de mucha vida física e intelectual: no ha sido solamente el movimiento por el movimiento.
«Todas esas referencias están puestas en Comala y en lo que considero como una especie de realismo mágico del cuerpo. Ello nos ha permitido reunirnos y traspasar fronteras. Creo que todos llevamos una ciudad interna con muchas construcciones y ausencias, pero también con mucha magia».
Esa es la magia que se ha creado con la compañía de Rosario Cárdenas, premio nacional de Danza 2013. Para la también coreógrafa cubana, quien asume la dirección general de las presentaciones de Comala, «este proyecto se venía cocinando incluso antes de la pandemia. Gracias a Marc Sagaert, director de la Alianza Francesa de Cuba, que defendió esta colaboración con mucha intensidad, pues vio la obra cuando se representó en Colombia y le había fascinado. Entonces como yo había trabajado con otras obras literarias, era un punto donde nos podía unir. Tenemos mucha expectativa sobre qué futuro le espera a esta creación en nuestro país».
Lo cierto es que el viaje iniciado tantas veces por Alexi Marimón hacia Comala, lejos de finalizar, parece que adopta formas nuevas y va mutando según dicta el movimiento. Es enfático cuando asegura que «Pedro Páramo nos habla siempre y luego se convierte en una cuestión de sinestesia entre la literatura y la danza. Esa relación me parece mágica».