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Etcétera le echa mano a vertientes humorísticas muy reflexivas. Autor: Carlos Rafael Publicado: 26/02/2020 | 09:15 pm
HOLGUÍN.— Este 2020, Eider Luis Pérez, Yasser Velázquez y Luis Ángel Batista están resueltos a evitar que, pasado el tiempo, a alguien se le ocurra asegurar que Etcétera «nunca tuvo 15». Ese colectivo, surgido en 2005, se aplatanó aquí durante varios años, sumando una considerable cifra de seguidores y obteniendo sus primeros lauros en festivales Aquelarre.
Aunque ahora la agrupación radica en la capital, un largo etcétera de risa continúa provocando en cada edición del Festival de Humor para Jóvenes Satiricón, cuya séptima versión tiene lugar ahora mismo en la Ciudad de los Parques y se extiende hasta el venidero domingo. Eider Luis Pérez, director de la formación, estuvo entre quienes ayudó a gestar dicho evento y es un pilar fundamental en su organización.
Guantanamero de nacimiento, Eider se niega a olvidar y le agradece a sus compañeros de antaño: Nelson Osorio, Raúl Boza, Alejandro Prieto, Venecia Feria y Dainel Matías. Desde 2013, se le unió Yasser y, en 2017, Luis Ángel —ambos también poseen fuertes vínculos con Holguín. A década y media de «contentura», JR se sentó a dialogar con los tres treintañeros.
—Etcétera tiene su origen en la Universidad de Oriente; sin embargo, su obra está muy asociada a Holguín…
ELP: «Holguín propició que creyéramos en nosotros, sobre todo en un momento importante, cuando dejamos de ser estudiantes universitarios y empezamos a enfrentarnos a otro público, mucho más heterogéneo y variado, que aupaba menos y se resistió a nuestros espectáculos en 2006 y 2007, cuando nos trasladamos a esta ciudad.
«Poco a poco, fuimos conquistando a los holguineros con nuestras presentaciones, a lo cual contribuyó mucho la peña Contentos y empeñados, que se desarrollaba los terceros jueves de cada mes, y se mantuvo durante dos años y medio, aproximadamente. Ese espacio nos permitió brindar espectáculos distintos, con secciones incluso de perfil internacional. Aquí creamos nuestro público y fuimos sus comediantes».
—¿Cómo ha logrado el grupo mantener su línea creativa, a pesar de tantas variaciones en la composición de sus integrantes?
ELP: «Siempre he dicho que esa es una peculiaridad de Etcétera; en 15 años hemos contado con cuatro formaciones. La actual, felizmente, desde 2017, junto a dos buenos actores y amigos, da mucha fortaleza. Como guionista pienso en cada actor del grupo en ese instante. Porque quiero mantener viva, de una forma u otra, la esencia. Nelson Osorio tenía sus resortes actorales, Venecia Feria otros, y yo trataba de responder a ellos. Lo mismo sucede ahora con Yasser y Luis Ángel; a partir de esas particularidades comenzamos a construir personajes e historias. No obstante, cada vez que ocurren estas transformaciones del elenco es como nacer de nuevo, pues hay que reinventarse con propuestas diferentes, que refresquen.
«Hacemos un trabajo de mesa muy serio, para que cada cual le aporte a su personaje, con una arista crítica. Han sido 15 años en que hemos tenido que evolucionar, según los tiempos que corren. Antes, teníamos una tendencia más teatral, hoy nos apegamos a otras de mayor actualidad, en términos de comedia. También abordamos temas universales, pero la inmediatez es muy tenida en cuenta».
—Aun cuando algunos espectadores no aceptan ver actuaciones u obras repetidas en el Satiricón, el festival crece, en muchos sentidos (también la aceptación). ¿Cómo explican esa contradicción?
ELP: «Hay muchos espectadores asiduos al Satiricón desde sus inicios, pero percibimos que el público se renueva de edición en edición. Es, prácticamente, imposible traer espectáculos distintos todos los años. En ocasiones, por una cuestión temática, de coherencia, se llevan a escena números que tienen que ver con otros anteriores. Pero tratamos de aportar propuestas novedosas, que atraigan.
«Esta vez, vino Rigoberto Ferrera, quien nunca había actuado acá. Llegaron también Narciso Alfonso (ventrílocuo) y el grupo de teatro El Portazo, que tampoco se había presentado. Aparecen en cartel asimismo La Oveja Negra y La Leña del Humor con espectáculos y sketch. Etcétera introduce Bienreídos a mis quince, una selección de obras de nuestra trayectoria.
«En el segundo semestre de 2020, sí pretendemos mostrar algo inédito, con motivo del aniversario. El público holguinero, que es exigente, nos obliga a repensar lo que se lleva al Satiricón, porque aquí hay conocimientos del género. Esto último nos satisface, dada la responsabilidad que hemos asumido en la organización del Festival».
—Ya se plantea que el Satiricón es el segundo evento en importancia en el país, entre los organizados por el Centro Promotor del Humor. ¿Creen correcta esa valoración?
YV: «A veces, creemos que es el primero. El Satiricón logra que convivamos los humoristas. Hay una red de eventos en otros territorios más o menos de similares características; sin embargo, acá nos reunimos durante varias jornadas. Más allá del hecho artístico, que es lo primario, existe mucha hermandad, familiaridad. Nos unimos a nivel gremial los humoristas de distintas facetas y maneras de hacer. Se sale del ámbito teatral, con actividades teóricas, al igual que en el Aquelarre, y hasta se lleva a cabo un tradicional juego de pelota (contra periodistas).
«La duración también es superior a otros de su tipo a nivel nacional: de domingo a domingo, y el resultado es que los humoristas visitantes parten encantados con los espectadores».
—Se les ha visto, recientemente, interpretando a bandidos en LCB 2: La otra guerra. ¿Cuán complicado les resultó insertarse en dicha serie?
LAB: «El actor lo aprende todo, pero no tiene la capacidad de hacerlo todo. Es difícil interpretar la comedia, el drama; el teatro se caracteriza por su lenguaje específico. El humor me ha exigido mucho, crear habilidades para la improvisación, a estar preparado para si cometo un error, solucionarlo en escena. Por supuesto, estas experiencias nos hacen crecer.
«Con LCB 2 tuvimos la posibilidad de experimentar fuera del medio teatral. Es verdad que yo traía más bagaje de dramatizados, pero igual fue un reto. En cada filmación, nos aconsejábamos, nos “tirábamos el cabo”. Rompimos el esquema y nos dimos cuenta de que, grupalmente, se pueden hacer otras cosas, aparte de la comedia. Esperamos continuar sobrepasando fronteras profesionales».
«LCB 2 constituyó una oportunidad, les agradecemos a sus directores (Roly Peña y Miguel Sosa) que nos llamaron. La gente pudo vernos a los tres, reconocernos como grupo. Es bueno que los comediantes también tengan la capacidad de interpretar otros roles, los cuales nos enriquecen desde el punto de vista actoral».
—Como uno de los colectivos más jóvenes, afiliados al Centro Promotor del Humor, seguro vendrán proyecciones, metas…
YV: «Siempre tanteamos cómo anda la sociedad, lo cual nos lleva a replantearnos los espectáculos. Desde hace casi una década, elaboramos al menos uno anualmente, y en ocasiones hasta dos. Esto exige mucho trabajo, empezando porque el guion que Eider escribe luego lo enriquecemos entre todos.
«Soy de los que opina que la mejor obra es la que está por venir. Con cada espectáculo estrenado, vamos ideando otro, aspirando a elevar la calidad. Tuvimos un espacio en el Canal Habana y estamos a la espera de que se determine la continuación de ese proyecto. Y si nos incluyen a los tres en otras propuestas, como sucedió en LCB 2, sería algo mágico, otro sueño hecho realidad, aunque sabemos que esto es difícil. Bienreídos… dispone de 15 números icónicos, repartidos en tres espectáculos diferentes, que sabemos alegrarán a nuestro público, como añoramos que ocurra en el segundo semestre de 2020 con nuestro próximo estreno».
