Miguel Díaz-Canel Bermúdez clausuró el 9no. Congreso de la Uneac. Autor: Ricardo Tamayo Pérez Publicado: 30/06/2019 | 03:57 pm
Con un cálido saludo enviado por Raúl inició su intercambio con los delegados e invitados al 9no. Congreso de la Uneac, el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Miguel Díaz-Canel en sus palabras de clausura del cónclave de la vanguardia artística intelectual de la Isla.
Hemos seguido de cerca el proceso, explicó. «Permítanme sentirme uno más de ustedes en la insatisfacción y también en el compromiso». Durante este tiempo nos hemos sentido comprometidos con lo que expresan y con lo que hacen. Cuando miramos al mundo podemos decir en qué milagro de país nos hemos convertido.
El miembro del Buró Político se refirió a la Revolución como un hecho cultural superior. Un país bloqueado, perseguido con saña y alevosía en su gestión por los medicamentos para los niños, acribillado mediáticamente por los medios más poderosos del planeta, no se ha conformado con resistir y sobrevivir.
El mandatario hizo referencia a Palabras a los Intelectuales como un documento para todos los tiempos del que debemos hacer lecturas nuevas y enriquecedoras que nos permitan enfrentar los desafíos de estos tiempos.
Asimismo valoró la relación que siempre ha existido entre Revolución, vanguardia intelectual y artística, y el pueblo como una manera de entender que los artistas, sus obras, sus creaciones, son la Revolución, que es más que Estado, más que Partido, más que gobierno, porque Revolución somos todos, insistió.
En su intervención, Díaz-Canel abordó también el vínculo estrecho que debe ponerse de manifiesto entre la cultura y turismo, e instó a que propiciemos una intensa actividad cultural en las ciudades e instalaciones turísticas, lograr que la verdadera cultura sea disfrutada plenamente por la población por doquier y que de manera natural le llegue entonces a aquellos que nos visitan, tanto en los espacios privados como públicos; que los visitantes consuman bienes y servicios no solo culturales, pero sobre todo culturales.
Tiene que verse la cultura como eslabón fundamental del turismo, señaló. Hay que propiciar actividades culturales que enriquezcan, atraigan y conquisten.
En cuanto a la crítica artística y literaria, Díaz-Canel aseveró que la sequía de análisis serios y bien fundamentados sobre los valores reales de obras y espacios culturales, desestimula a los creadores y priva a los públicos, particularmente a los más jóvenes, de criterios orientadores que establezcan las jerarquías artísticas a tiempo.
A la Uneac le corresponde, expresó, ser una especie de electrodo para la promoción internacional de las industrias culturales. Propiciar que, como mismo sucedió tiempos atrás con los creadores radicados en Estados Unidos, los intelectuales y artistas continúen abriendo puertas y favoreciendo el entendimiento.
La cultura puede y debe aportar al Producto Interno Bruto del país y para eso están sus empresas, recordó.
Al abordar la relación entre la creación artística y las instituciones culturales, el presidente cubano declaró que comparte la preocupación de quienes sienten que algunas de estas se han quedado detrás de los creadores, cuando su razón de ser son los creadores y no a la inversa. Agregó que no pocas veces el burocratismo y la falta de profesionalidad ahogan la creación.
Los artistas tienen el deber de pagar impuestos, pero no deberían hacerlo a empresas que no han tenido nada que ver con los contratos de trabajo, ni con la producción de sus obras ni con la promoción de la misma.
Igualmente denunció a los mercenarios culturales, a aquellos que ponen por delante el mercado y no la cultura, el egoísmo y no compromiso con la cultura.
La Revolución, que ha resistido 60 años, no va a dejar sus espacios institucionales a quienes se benefician de la subvención de sus enemigos.
Informó que en lo adelante se establecerán encuentros mensuales con la nueva directiva y grupos creadores junto a los ministerios.
Debemos desatar una irreconciliable batalla contra la incultura y la indecencia. En ese bregar, más que espectadores, los miembros de la Uneac tiene que ser actores. No dejen morir el Congreso, les pidió a los delegados e invitados al cónclave. Trabajen por hacer realidad todo lo que aporte al bien de la nación, concluyó.