Las casas del Joven Creador, como la de la AHS camagüeyana, constituyen sitios ideales para juntar a la vanguardia artística de la juventud cubana, pero también para promover lo mejor del arte local y nacional. Autor: Orlando Durán Hernández Publicado: 25/06/2018 | 08:34 pm
Camagüey.— Los miembros de la Asociación Hermanos Saíz en Camagüey saludaron la asamblea provincial como espacio de autoexamen, a partir de los logros y las deficiencias con que dibujaron el mapa de los últimos tres años.
Neurálgico en el debate fue el asunto de la vida interna de la organización, que en el territorio aglutina a 246 jóvenes, la mayoría de la ciudad de Camagüey, y de núcleos que se consolidan en los municipios de Florida y Nuevitas.
Se señaló la promoción desde las responsabilidades del área de Comunicación, y el seguimiento al asociado desde la gestión del jefe de sección, figura clave para el funcionamiento, porque a la Asociación se acude para crecer en lo humano, ganar visibilidad y alcanzar jerarquías intelectuales.
«Tenemos que mirarnos bien para adentro, para ser más útiles», insistió Rubiel García González, presidente nacional de la Asociación, al tiempo que reconoció: «Camagüey se ha puesto de ejemplo en varias provincias. Tiene un trabajo que ha dejado huellas, y eso es más difícil que empezar de cero».
La filial es referente en Cuba por el acompañamiento de las autoridades políticas y de gobierno; por lo confortable de su sede, la Casa del Joven Creador; y por el fructífero diálogo con el sistema institucional. Una prueba son las 12 jornadas de programación y eventos, y el respaldo de Jorge Luis Tapia Fonseca, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en la provincia, al compulsar a los asociados a presentar más proyectos.
«Camagüey tiene una convocatoria popular que no está al máximo de su potencialidad. Nos falta lograr un sistema a largo plazo de acciones cabales de formación de pensamiento cultural. Tenemos que luchar por hacernos más visibles de una manera intensa», aconsejó el profesor e investigador Luis Álvarez Álvarez, Maestro de Juventudes.
De la Casa del Joven Creador, que funciona de lunes a domingo, elogiaron el equilibrio, la calidad y la sistematicidad de la programación. Allí se informó la ratificación del colectivo como Vanguardia Nacional por sexto año consecutivo.
La asamblea también implicó la despedida formal, aunque no espiritual, a quienes llegaron a la edad límite de 35 años de edad, entre ellos a Yunielkis Naranjo Guerra, quien presidió la filial durante siete años. Al frente del nuevo ejecutivo fue electo el promotor Ihordan Torres Hernández.
Las reflexiones tocaron asuntos cardinales como el cuidado del patrimonio y la responsabilidad de los jóvenes ante las indisciplinas sociales; la enseñanza artística y la gestión del conocimiento, la falta de un ambiente favorable no ya para ejercer sino para recibir la crítica; las incoherencias de quienes irrespetan la política cultural cubana, la vindicación del tatuador como artista, y la preservación de la historia y de la memoria. Además se alertó contra el acomodamiento y la trampa de la etiqueta, por la significación de lo que representa ser joven creador hoy en Cuba.